FUGA EN DANNEMORA -EVASIÓN O DERROTA


Creada y escrita por Brett Johnson y Michael Tolkin, basada en hechos reales, Fuga en Dannemora es la historia de dos presidiaros, encerrados en la cárcel del título, y de su relación con una funcionaria de prisiones, que dirige un taller de confección dentro de dicho centro penitenciario. Dirigida por Ben Stiller -Bocados de realidad (1994), Zoolander (2001)- el conocido actor, al que relacionamos sobre todo con la comedia, sorprende aquí con un registro sórdido,  descarnado y pesimista. Con ello ha conseguido una nominación al Emmy, que se justifica por una efectiva puesta en escena. Stiller demuestra ser un buen narrador, pero además, imprime una atmósfera desesperanzada y, en momentos clave de la historia, se luce con ideas de planificación atrevidas. Pero sobre todo, Stiller crea las condiciones para que sus actores se luzcan. Estamos ante un relato que se apoya sobre todo en sus personajes y en sus intérpretes, todos estupendos. 

Patricia Arquette está irreconocible como Tilly, una mujer madura, poco atractiva, insatisfecha con su vida, que encuentra consuelo dando rienda suelta a pecados inconfesables. La interpretación de Arquette es notable, dando vida a una representante de esa clase trabajadora educada para desear un manido 'sueño americano' -la escena de las pijas que se ríen de ella en la peluquería- que no tienen la más mínima oportunidad de alcanzar. Con una imagen descuidada, barata, vemos a Tilly sufriendo estrecheces económicas, con un marido mediocre -mención aparte merece un estupendo y transformado Eric Lange como Lyle- y un hijo del que solo queda una fotografía en su mesilla. Patricia Arquette, como actriz, ya lo ha conseguido todo, Oscar incluido, pero aquí vuelve a demostrar su talento. No es casualidad que haya ganado un Globo de Oro y opte a un Emmy.

Tilly debe mezclarse con lo peor de la sociedad en la prisión en la que trabaja. Los otro dos protagonistas de la historia son los condenados a cadena perpetua Richard Matt y David Sweat, interpretados por Benicio Del Toro y Paul Dano, dos de los mejores actores que hay ahora mismo. Del Toro es inmenso, se permite incluso cierta sobreactuación que, sin embargo, nunca es obvia con respecto a las intenciones de su personaje. Cuando Del Toro está en pantalla, siempre está pasando algo. Richard 'hacksaw' Matt es un preso respetado y privilegiado en la prisión: por sus manos pasan los productos del 'mercado negro' carcelario, gracias a su amistad con el vigilante Gene Palmer -siempre estupendo David Morse-. La relación entre ambos es maravillosa, sobre todo por la admiración del guardia hacia el supuesto talento artístico del reo: sus cuadros, en mi opinión, son horrendos, lo que suma al mundo mediocre que describe la serie. En todo caso, el personaje se redondea con esa faceta artística contrapuesta a un apetito insaciable: creo que Matt aparece, en todas sus escenas, comiendo o bebiendo, algo que, según descubriremos durante la serie, es un síntoma de una personalidad adictiva. Mucho más contenido, pero igual de expresivo, Paul Dano, fantástico actor, interpreta a Sweat, preso de apariencia apacible, interesado en la lectura, que esconde una violencia tremenda. Tanto Del Toro como Dano están justamente nominados a los Emmy. 

Con estos tres personajes protagonistas, y estos grandes actores, sería suficiente. Pero el guión, además, es rico en detalles sobre la vida en prisión, las rutinas, los protocolos, las pequeñas trampas, la jerarquía entre los presos, los rumores, negocios y trapicheos que ocurren en un microcosmos que incluye a presos y funcionarios, en un claro reflejo de la sociedad. Fuga en Dannemora es una muestra de buen cine carcelario, poniendo especial hincapié en los absorbentes detalles de la preparación de la posible fuga que da título a la serie. El quinto episodio se inicia con un magnífico plano secuencia -seguramente con cortes digitales invisibles- de unos 8 minutos vibrantes, que luego tiene su eco en otro plano secuencia narrativamente muy pertinente, para mostrar la desorientación de los personajes, con momentos interpretativos estimulantes de Dano y Del Toro, de contagiosa euforia, cuya naturaleza no conviene revelar por ser un spoiler. Luego, el sexto episodio nos cuenta el origen de los tres protagonistas, breves y estupendos relatos para cada uno, con tono de cine criminal, que revelan los peores pecados de los personajes que hemos llegado a comprender. Lo que se cuenta aquí es la razón por la que los tres están en la prisión de Dannemora, incluida Tilly. El relato de la fuga en sí, es trepidante y tiene elementos de aventura y supervivencia, pero sobre todo, sirve para terminar de definir a los personajes: complejos, contradictorios y por ello, tremendamente humanos. Resulta clave cómo reaccionan ante el clímax de la historia, porque es entonces cuando se revelan por completo. El desenlace, que se extiende durante lo dos episodios finales, se ajusta perfectamente a las personalidades de cada uno (secundarios incluidos). Fuga en Dannemora establece un destino inapelable para sus antihéroes que no proviene de fuerzas externas, sino que responde a las debilidades humanas de Richard, David y Tilly. Cada uno recibe lo que se merece dentro de un sistema tan implacable como imperfecto.

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