¿Cuál es el sentido de nuestra existencia? En el fondo, eso es lo que se plantea Mamífera (2024) de Liliana Torres, una película dramática y de ficción que expone con ojo clínico y documental, sin renunciar a lo emotivo, el extraño caso de una mujer que ha decidido no tener hijos. La protagonista es una estupenda María Rodríguez -acompañada de Enric Auquer- como Lola, una mujer de más de cuarenta años que se enfrenta a las consecuencias de una decisión vital de trascendencia considerable: no ser madre. Esta opción de vida, obviamente válida, es explorada por Torres en una situación límite ¿Y si Lola se quedase embarazada? El servicio sanitario obliga a Lola a meditar su decisión -abortar o no- durante tres días. 72 horas que se convierten para ella en una travesía por el desierto en la que sus convicciones se pondrán a prueba. La película analiza a fondo la definición social de lo que significa ser mujer, concepto que parece llevar asociado inevitablemente el de la maternidad. El entorno social de Lola -sus amigas- ejerce -un poco sin querer- una presión tremenda sobre ella -la mayoría ya son madres-; pero también la pareja de Lola (Auquer) acaba presionándola, lo que plantea el conflicto desde la perspectiva masculina, del hombre obligado a apoyar pero sin poder real de decisión. Lo mejor de Mamífera es que Torres mantiene el equilibrio, no toma partido, aunque respeta la decisión final de su protagonista. Torres entiende el derecho individual de cualquier mujer a decidir sobre su vida, pero no es ajena al hecho de que un hijo es una fuente de amor y felicidad. Lo que no quiere decir que ambas opciones no conlleven, claro, sus sacrificios, que la directora también explora, como el que la sociedad esté construida -inevitablemente, quizás- alrededor de la unidad familiar. ¿Es posible ser feliz sin formar una familia? ¿O estamos ante un imperativo biológico ineludible? Torres no ofrece más respuesta que la evidencia: haga lo que haga Lola, tendrá que renunciar a algo.
MAMÍFERA -SER O NO SER... MADRE
¿Cuál es el sentido de nuestra existencia? En el fondo, eso es lo que se plantea Mamífera (2024) de Liliana Torres, una película dramática y de ficción que expone con ojo clínico y documental, sin renunciar a lo emotivo, el extraño caso de una mujer que ha decidido no tener hijos. La protagonista es una estupenda María Rodríguez -acompañada de Enric Auquer- como Lola, una mujer de más de cuarenta años que se enfrenta a las consecuencias de una decisión vital de trascendencia considerable: no ser madre. Esta opción de vida, obviamente válida, es explorada por Torres en una situación límite ¿Y si Lola se quedase embarazada? El servicio sanitario obliga a Lola a meditar su decisión -abortar o no- durante tres días. 72 horas que se convierten para ella en una travesía por el desierto en la que sus convicciones se pondrán a prueba. La película analiza a fondo la definición social de lo que significa ser mujer, concepto que parece llevar asociado inevitablemente el de la maternidad. El entorno social de Lola -sus amigas- ejerce -un poco sin querer- una presión tremenda sobre ella -la mayoría ya son madres-; pero también la pareja de Lola (Auquer) acaba presionándola, lo que plantea el conflicto desde la perspectiva masculina, del hombre obligado a apoyar pero sin poder real de decisión. Lo mejor de Mamífera es que Torres mantiene el equilibrio, no toma partido, aunque respeta la decisión final de su protagonista. Torres entiende el derecho individual de cualquier mujer a decidir sobre su vida, pero no es ajena al hecho de que un hijo es una fuente de amor y felicidad. Lo que no quiere decir que ambas opciones no conlleven, claro, sus sacrificios, que la directora también explora, como el que la sociedad esté construida -inevitablemente, quizás- alrededor de la unidad familiar. ¿Es posible ser feliz sin formar una familia? ¿O estamos ante un imperativo biológico ineludible? Torres no ofrece más respuesta que la evidencia: haga lo que haga Lola, tendrá que renunciar a algo.
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