En La ciudad es nuestra se parte del retrato de los personajes -los miembros de la unidad especializada y los funcionarios encargados de la investigación- para luego ampliar la mirada y mostrar las relaciones entre ellos y cómo funcionan en un sistema que dos agentes del FBI -Erika Jennsen (Dagmara Dominczyk) y John Sieracki (Don Harvey)- y una joven abogada -Nicole Steele (Wunmi Mosaku)- investigan con creciente sorpresa. Es una de las cosas más interesantes de la serie, el uso que se hace de estos personajes secundarios -que no son héroes, simplemente hacen su trabajo- que funcionan como punto de vista del relato y espejo del espectador que descubre la historia. Estos investigadores externos son también la mirada periodística, que desde fuera penetra en una situación o institución para descubrir cómo funciona realmente. Con el estupor con el que los agentes del FBI o la abogada van recabando testimonios y descubriendo las irregularidades del departamento de policía de Baltimore nos podemos identificar todos. Son las vergüenzas de cualquier trabajo o incluso, de cualquier familia, que nadie quiere que se hagan públicas, llevadas al extremo. Más humano, imposible.
Para terminar, me gustaría destacar cómo el desenlace desdramatiza los hechos que acabamos de ver: con el relato de cómo acaban los personajes de esta miniserie no se acaba el 'problema'. La vida sigue. El departamento de policía de Baltimore continuará funcionando y seguirá teniendo los mismos defectos -y quizás otros nuevos- con diferentes personas ocupando los cargos. Esta desdramatización me llama la atención ya que el gran hallazgo de La ciudad es nuestra es el personaje del sargento Wayne Jenkins, soberbiamente interpretado por Jon Bernthal, caracterizado de forma excesiva y expansiva, con una conducta reprobable pero con un carisma tremendo, que se gana nuestra compasión a pesar de sus múltiples defectos -corrupción, machismo, brutalidad- de los que no parece ser consciente. Un héroe digno de una tragedia griega, protagonizando un drama realista y social basado en hechos reales. Increíble.