La mejor forma de describir una película como Espíritu sagrado puede ser como un OVNI, un objeto cinematográfico no identificado avistado en el panorama del cine español. La ópera prima de Chema García Ibarra es de esas que acaban abduciéndote por el poder que esconden sus imágenes, días después de haberla visto. Y hasta aquí las referencias ufológicas, lo prometo. La película plantea la desaparición de una niña, sobrina de José Manuel, miembro de una asociación de ufología liderada por un pintoresco agente inmobiliario que afirma haber sido abducido. Con estos mimbres, pensaréis que estamos ante una comedia. Sin duda. Hay aquí un humor esquinado que se apoya en la fisonomía peculiar de los actores, en los escenarios cotidianos pero más bien cutres, en los delirantes decorados que presentan detalles significativos sobre la historia y los personajes, en los diálogos absurdos recitados sin pasión por intérpretes no profesionales que consiguen ser costumbristas y surrealistas al mismo tiempo. García Ibarra crea un universo que se parece mucho al nuestro -a España- pero que al mismo tiempo parece sacado de una pesadilla. Su mirada es crítica y social: nos muestra un país de asociaciones de lo más variopintas, como si cada español tuviera su propio pasatiempo obsesivo y absurdo. Nos muestra un país de frikis, y no en el sentido de aficionados a los cómics o al cine de terror. Una clase obrera que ha sustituido la religión por el ocultismo, la videncia y los ovnis; que ha reemplazado la información periodística por la telebasura y los vídeos que recorren las redes sin autor conocido; que prescinde de las ideas políticas para darle credibilidad a extrañas teorías de la conspiración. Espíritu sagrado parece reírse de todo esto con un humor costumbrista que propone retratos sociales a pesar de la aparente caricatura, pero debajo de las risas se esconde un discurso amargo sobre la desconexión de la realidad de estas personas que habitan un universo paralelo que coexiste con el nuestro y que las convierte en presas fáciles de demonios manipuladores de muy oscuras intenciones. Creo que Espíritu sagrado es una de las películas españolas imprescindibles del año (se estrenó en cines a finales de 2021). Se puede ver en Movistar Plus.
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