All The Jazz (1979) dirigida por Bob Fosse era su propia visión de Fellini 8 y medio (Federico Fellini, 1963) un musical delirante y poético que hablaba del arte, de la creatividad, de la vida y la muerte. Es coherente que Thomas Kail y Steven Levenson se hayan fijado en aquella película como inspiración para una de las mejores miniseries del año, disponible en HBO, Fosse/Verdon. Nominada a 17 premios Emmy, la historia aborda, como All That Jazz, la vida y obra de Bob Fosse (San Rockwell), pero evita el egocentrismo de dicho autor para colocar, detrás de él, a la consabida gran mujer, Gwen Verdon (Michelle Williams), retratada como una artista tan creativa como Fosse, por lo menos, pero, además, con superiores dotes de comunicación y empatía con los demás para levantar proyectos que requieren trabajo en equipo, poder de convencimiento y sobre todo, tratar con los poderes de productores y empresarios. Por estos papeles, los dos actores están nominados al Emmy y en el caso de Williams, hay que decir que su interpretación es apabullante y memorable.
El primer episodio, Life Is a Cabaret, está nominado al Emmy por su dirección musical. Ya la secuencia inicial nos da señas de su calidad, montada al ritmo de la música -Big Spender- que nos muestra a Fosse dirigiendo su primera película, Noches en la ciudad (1969). A partir de ahí, vemos a Fosse embarcarse en el rodaje de su obra más conocida, la versión cinematográfica de Cabaret (1972), durante cuyo rodaje descubriremos las luces y las sombras del autor. Sobre todo las sombras. El episodio es fantástico no solo en el montaje -nominado al Emmy- ya mencionado, sino también en las ideas de puesta en escena, que convierten los recuerdos de juventud de Fosse, como bailarín de claqué, en parte del escenario de su vida adulta, por lo que la cámara puede ir del presente al pasado, y viceversa, con un movimiento entre decorados y no de edición. El segundo capítulo, Who's Got The Pain -nominado al Emmy por la dirección de Thomas Kane- continúa el argumento utilizando el cliffhanger de la primera entrega como punto de partida, pero enfocando la historia en la relación personal y sentimental entre Bob y Gwen, una relación marcada por dos elementos que enturbian el romance, como sus respectivas carreras profesionales y las infidelidades, que marcan el inicio la pareja.
Me and my Baby convierte a Gwen en la heroína de un relato melodramático que tiene mucho que ver con la lucha de la mujer para alcanzar el éxito. Gwen fue violada, repudiada por su familia, tomó la decisión de dejar atrás a un hijo, todo por su carrera. Y a pesar de su éxito, su exmarido, Bob, la somete a sus infidelidades y se comporta de forma irresponsable obligándola a ser practicamente una madre soltera, mientras él sigue persiguiendo el éxito y a cualquier chica que se le cruce. El episodio es fantástico al mostrar el sacrificio de Gwen y cómo nunca dejó de escuchar el llanto de su hijo.
Precisamente el siguiente episodio, Glory -nominado al Emmy por la dirección de Jessica Yu-sorprende -en tiempos del Me Too- al mostrar a Bob Fosse como un mujeriego que lleva a sus bailarinas a acostarse con él, para seguir teniendo su favor como director. Una actitud que ni siquiera Gwen reprocha: así eran las cosas. La trama aborda el mayor momento de éxito de Bob Fosse, que gana todos los premios posibles, pero, realmente, solo quiere una cosa. Volver con Gwen. Paralelamente, ella parece tener estabilidad sentimental, pero su carrera parece acabada. Se introduce un elemento importante como la idea de la mortalidad -la enfermedad de Joan Simon (Aya Cash)-. La noción de que todo tiene un final y que todo lo demás son apariencias -el discurso de Paddy Chayefsky (Norberto Leo Butz)-.
La premisa de Where I Am Going es estupenda. La muerte de Joan Simon reúne a sus amigos para despedirse en una casa en la playa que los acaba aislando durante una tormenta. Esto da pie, por supuesto a que todos los personajes desnuden sus sentimientos. Conocemos a la nueva pareja de Bob, Ann Reinking -Margaret Qualley también opta a un Emmy- quien teme que no se haya recuperado completamente, además de tener todo tipo de inseguridades que transmite a los amigos de Bob, como Paddy. Gwen tiene sus propios intereses: por primera vez parece egoísta, y desea resucitar su carrera siendo dirigida por Bob en un nuevo montaje de Chicago. Y en el centro de todo, Bob, solo quiere seguir con su trabajo, la película Lenny que protagonizará Dustin Hoffman. Las emociones estallan entre estos personajes pero casi más interesantes parecen los que permanecen como meros espectadores, la criada cocinera que irrumpe en las escenas con órdenes para que continúe el ritmo de la vida -como sentarse a cenar-; Neil Simon (Nate Corddry) probablemente demasiado brillante para llorar a su mujer; Ron (Jaime Lacy), el novio de Gwen, que parece fuera de lugar por su corrección pero también por su rectitud moral y sobre todo la niña, Nicole Fosse (Blake Baumgartner), que comienza a mostrar los efectos de haber crecido en un ambiente tóxico.
Un infarto es el núcleo del argumento de All I Care About Is Love que demuestra que la relación sentimental entre los protagonistas es lo verdaderamente importante de esta historia, aunque Gwen desvela aquí que está tan obsesionada con su carrera como Bob Fosse. El episodio sigue buscando formas creativas de contar la historia cuando convierte las preocupaciones de Bob en un monólogo de Lenny Bruce, ya que el director trabaja en el montaje de dicha película. Atención también a la edición, en la secuencia en la que la tensión y el estrés van creciendo en Bob Fosse hasta llevarle al desenlace cardiaco ya referido. Una secuencia posterior, con otro montaje de infarto, cierra el circulo en una escena en la que un moribundo Fosse -seguramente también adicto al sexo- intenta comprobar si sigue viva su 'virilidad'.
El montaje del musical Chicago es el nuevo escenario para la batalla de egos entre Bob Fosse y Gwen Verdon. En el episodio Nowadays, ambos colaboran para conseguir magníficos resultados artísticos, pero al mismo tiempo compiten por ser la estrella del show. Paralelamente en un flashback, vemos las dificultades que tuvieron para concebir a su hija, que reflejan conflictos personales que también aparecen en sus carreras profesionales: la inseguridad masculina de él, despreciado por su padre por querer dedicarse a bailar; la lucha de ella como mujer, que sabe que al 'perder' su juventud todo será más difícil: tanto convertirse en madre como ser una estrella.
El último capítulo, Providence, nominado al Emmy por su guión, es necesariamente crepuscular y obviamente versa sobre la muerte, sobre los finales. Se centra en lo que será de los personajes, el fin de las relaciones, pero también en los problemas que comienzan, como los de Nicole Fosse (Juliett Brett) -quien por cierto, aparece acreditada como productora- que no saldrá indemne de los hábitos tóxicos de sus padres. Hay momentos fantásticos, como la escena del rodaje de All That Jazz con el número de Bye Bye Love, en el que Lin-Manuel Miranda interpreta al Roy Scheider que fuera el alter ego de Fosse en dicha película. O cuando Gwen vuelve a interpretar brevemente el papel estelar en un nuevo montaje de la primera obra que hizo con Bob, cerrando el círculo de su historia juntos.
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