Xavier Dolan -Mommy (2014)- escribe, dirige y protagoniza Matthias & Maxime, drama social e historia romántica a partes iguales, sobre los dos amigos del título, interpretados por el propio Dolan y por Gabriel D'Almeida Freitas. Estos amigos de la infancia se ven obligados a besarse para ayudar a una amiga a rodar un cortometraje. Ese beso, lo cambia todo. Dolan cuenta lo que ocurre en el interior de los dos personajes tras ese beso, prácticamente sin contar nada. Sus vidas transcurren de forma natural y cotidiana, porque lo importante es todo lo que pasa alrededor. El valor de esta película es cómo su autor refleja su percepción de la sociedad -en este caso, canadiense, pero equiparable a la mayoría de los países occidentales- y cómo ese subtexto es el tema principal de la cinta. Dolan dibuja una cultura en la que la norma, el conformismo y el machismo, están presentes de una forma aplastante, casi ofensiva, impidiendo cualquier resquicio de libertad individual, borrando cualquier conducta diferente. En este mundo viven individuos frustrados, solitarios, con pequeños vicios para consolarse: observen la atención que Dolan presta a los cigarrillos durante su film. En ese mundo los hombres gritan, se ríen, se juntan para beber y se dicen las verdades en tono de broma, para no ofender. En ese mundo las mujeres permanecen en segundo plano, como novias, amigas y sobre todo, como madres. Es un mundo más gay de lo que pueda parecer: la cámara de Dolan nos hace sospechar de las miradas en un autobús, de los roces de camaradería masculina, de un guaperas misógino que va escuchando Always on My Mind según los Pet Shop Boys. Un mundo invisible, negado siempre, como Dolan prescinde de la imagen del beso desencadenante del conflicto. Los dos personajes protagonistas intentan continuar con sus vidas a pesar de sus dudas: Matthias parece peor definido, hundido por la cultura del éxito; Máxime es el ya clásico personaje dolaniano, un joven de clase obrera, al borde de la exclusión, con una madre conflictiva con la que debe lidiar, y sobre todo, un joven ansioso por escapar de todo, que recuerda al protagonista de Solo el fin del mundo (2016), que hacía, precisamente, el viaje de vuelta. Matthias & Maxime es crítica con el mundo, pero también personal y sumamente romántica, una pequeña historia de un talentoso director que sigue nutriendo una filmografía, sobre todo, emocionante.
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