ADÚ -LA FAVORITA DE LOS GOYA


Las 13 nominaciones de Adú en los Goya 2021 son seguramente merecidas. La película dirigida por Salvador Calvo -Los últimos de Filipinas (2016)- es una superproducción que impresiona en todos sus apartados, con un despliegue de localizaciones que encandila y un argumento sumamente ambicioso, que aspira a retratar las relaciones entre España y África, que son, claramente, las que existen entre el primer y el tercer mundo, el de los privilegiados y los marginados. Adú es un retrato de la desigualdad en todas consecuencias: la primera, claro, la pobreza, la inmigración, pero también la ecología -la incapacidad de los países pobres de proteger la naturaleza porque tienen otras necesidades más acuciantes- por no hablar de la infancia abandonada, las enfermedades que sufren los desfavorecidos, y, por otro lado, la falta de credibilidad de los que luchan desde el primer mundo por ayudar -el personaje de Luis Tosar- y el cuestionamiento de los problemas de los privilegiados -el personaje de Anna Castillo-. Hay un plano, casi poético, que pone en relación las dos realidades que retrata este film: vemos al pequeño Adú (Moustapha Oumarou), luchando por sobrevivir, mirando al cielo desde una playa y pasa un avión, donde la 'niña rica' que interpreta Ana Castillo viaja cómodamente con unos auriculares de marca. Decía que Adú se merece sus nominaciones porque brilla en la dirección de Javier Calvo -impecable y con buenas soluciones visuales-, tiene un sólido guión de Alejandro Hernández -aunque pienso que las tres tramas que conviven en la historia, se estorban-; una excelente fotografía de Sergi Vilanova Claudín que saca partido de los escenarios y paisajes africanos; además de la música de un contrastado Roque Baños, un lujoso diseño de producción, la dirección artística, el sonido, el montaje y el maquillaje y la peluquería. También están nominados los actores, Álvaro Cervantes y el joven Adam Nourou, que hace milagros con un personaje que llega tarde a la trama. No están nominados Luis Tosar y Anna Castillo, pero sabemos que son intérpretes contrastados, por lo que resulta difícil encontrarle defectos a una cinta que ha sido además la quinta más taquillera en un año complicado por el covid. A pesar de todas estas virtudes, me atrevo a cuestionar una sola de esas 13 nominaciones a los Goya: la de mejor película. ¿Por qué ? La razón es personal, claro, y es difícil de definir: todo está bien en esta gran producción española, pero el conjunto no me convence, quizás, porque parece demasiado medido, la pobreza y la miseria resultan demasiado estéticas y el tema abordado es amplio, complejo, e inabarcable. Creo que Adú se pierde en demasiadas historias: la subtrama de los guardias civiles investigados por la muerte de un inmigrante -que se anticipa a Antidisturbios- se queda en la superficie al ser un apéndice de las dos tramas principales, la del niño protagonista y la de Luis Tosar. A la primera le sobran peripecias -solo el viaje en avión habría sido una película entera- y la segunda nos deja con ganas de ver más sobre la relación entre padre e hija.

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