El mayor superpoder de Susan Storm es el de crear escudos
invisibles que (casi) nadie puede romper. Su otro talento, hacerse
invisible, es una metáfora de su matrimonio con Reed Richards: un científico
brillante y humanista, pero racional y severo. Siempre volcado en
salvar el mundo, Reed suele descuidar a Sue, que en una de sus primeras
aventuras es "cortejada" por Namor, el Príncipe de Atlantis. Orgulloso,
violento y atormentado, Namor representa la pasión que Susan no encontrará en
su marido. Pero el hombre submarino no tendrá nunca la más mínima oportunidad
de conquistarla: es el eterno solitario, desterrado e incomprendido. Su
amor está condenado a existir sólo en las fantasías translúcidas de la chica
invisible.
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