En la película El francotirador (Clint Eastwood, 2014) el padre del protagonista le da una lección moral siendo este un niño: que el mundo se divide en lobos, corderos y perros guardianes. Esa lección lleva a Chris Kyle (Bradley Cooper) -tras el 11-S- a alistarse en los marines con la ambición de convertirse en el héroe protector de todos los estadounidenses. En la serie Fargo podríamos seguir esta idea para clasificar a los personajes: el asesino Lorne Malvo (Billy Bob Thornton) es un lobo; la policía Molly Solverson (Allison Tolman) es un perro guardián y su jefe, Bill Oswalt (Bob Odenkirk), es un borrego. Lester Nygaard (Martin Freeman) sería un cordero que aspira a lobo.
En el episodio anterior hemos visto a Lester convertirse en un triunfador. Recordemos que era un vendedor de seguros con una vida gris que recibió una lección de Lorne Malvo: las reglas (humanas) no existen realmente. Esto produjo en Lester un cambio que le llevó a matar a su mujer y a mentir para escapar de la justicia incriminando a su propio hermano. Ahora Lester es un hombre nuevo, que se ha casado otra vez, un emprendedor que incluso recibe premios. Su primer encuentro con Malvo fue casual y ahora el azar provoca que Lester se cruce otra vez con el asesino nada menos que en Las Vegas. Y parece que hay algo en este nuevo Lester que le lleva a enfrentarse a Malvo. Como si el borrego que quiere ser lobo necesitase medirse a un auténtico depredador para confirmar su valía. Sin embargo, Lester descubre que todavía no está a la altura de su mentor. Malvo es un asesino y esto asusta a Lester, que decide huir rápidamente de un hotel cuyos pasillos comienzan a recordar rápidamente a los de El resplandor (Stanley Kubrick, 1980). Antes, hemos visto un prólogo que narra cómo el camaleónico Malvo ha fingido ser un dentista para acercarse a un testigo protegido al que debe matar. El asesino es capaz de adoptar cualquier personalidad, pero en su discurso siempre aparecen ideas que reflejan su filosofía: aquí habla sobre cómo la privación de sueño puede convertir al ser humano en un animal salvaje capaz de todo. Malvo, al encontrar a Lester, acaba matando a tres personas en el ascensor del hotel. Eran meros títeres para él.
Y hay que volver a hablar de la importancia del azar en Fargo. Porque, precisamente, el trabajo de Molly es demostrar que las relaciones entres los sospechosos no son meras casualidades. Que algo secreto lo conecta todo y que por eso Lester vuelve a estar implicado en tres asesinatos. Los únicos que comulgan con Molly son esos agentes del FBI -Pepper (Keegan-Michael Key) y Budge (Jordan Peele)- que han "despertado" tras su encuentro -cómo no- con Malvo. Estos ahora se permiten filosofar y llamar "abejas obreras" a sus colegas que permanecen "dormidos". Estos agentes reivindican la investigación de Molly ante su incompetente jefe, Bill Oswalt (Bob Odenkirk), que nunca ha creído en ella. Ojalá ocurrieran estas cosas en la vida real.
El agente Pepper demuestra, además, cierta afición por los problemas lógicos, como el del zorro, el conejo y la col que da título a este episodio. Esto podría reflejar el espíritu de la secuencia más tensa del episodio: la del encuentro -otra vez, casual- entre Lorne Malvo y el padre de Molly, Lou Solverson (Keith Carradine). Ambos personajes parecen "olerse" porque se trata del encuentro entre un "lobo" y un "perro guardián", respectivamente, y siguiendo la idea antes comentada del Francotirador. En la conversación entre ambos, Lou -expolicía- habla de unas terribles muertes en 1979 perpetradas por un asesino cuya maldad supera a la de un animal, que solo mata para comer. Lou se refiere a una maldad que solo puede ser humana. Creo que Malvo da a entender que es el autor de esos asesinatos, que podrían estar relacionados con la anécdota sobre la privación de sueño que narra en el prólogo de este mismo episodio. Como ya he dicho, la tensión entre ambos personajes es máxima, sobre todo porque la inminente llegada de Molly provocaría un enfrentamiento mortal: como el del encuentro entre el zorro, el conejo y la col en la misma orilla. Se comerían entre ellos. Pero una vez más, el azar evita este desenlace fatal por décimas de segundos. Para acabar el capítulo, Lester -el único capaz de resolver el problema lógico del zorro, el conejo y la col- da un paso más hacia su transformación en monstruo, manipulando a su segunda mujer, Linda (Susan Park), para que sea asesinada por Malvo y así evitar la persecución del asesino.
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