AMERICAN HORROR STORY: HOTEL -BE OUR GUEST


BE OUR GUEST (13 DE ENERO DE 2016) -AVISO SPOILERS-

Se podría decir que el verdadero -y triste- final de Hotel fue ese plano de la Condesa (Lady Gaga) -en el episodio anterior- sabiéndose condenada a pasar toda la eternidad como un fantasma más del hotel Cortez, en compañía de su fundador, James March (Evan Peters). Esa imagen melancólica de la artista ganadora de un Globo de Oro era el cierre perfecto para la que considero la mejor temporada de AHS. ¿De qué trata entonces este último capítulo? Pues creo que estamos ante un estupendo epílogo que considero un divertimento, sí, pero que ofrece una dosis extra de imaginación y atrevimiento en una historia cargada de humor (negro).


Aquí, vemos como Iris (Kathy Bates) y Liz Taylor (Dennis O´Hare) se han hecho con el hotel y pretenden convertirlo en un negocio rentable. El problema es que el edificio está lleno de fantasmas asesinos, que enseguida matan a una pareja de críticos atraídos por la renovación. Este, por cierto, ha sido uno de los temas recurrentes de la temporada, el de la crítica cultural, los comentaristas sociales, blogueros y periodistas del corazón, que han acabado siempre asesinados. Lo cierto es que Iris y Liz deciden convocar a los fantasmas del hotel para pedirles que no maten a los huéspedes. Como una reunión de vecinos en el hotel Overlook de El resplandor (Stanley Kubrick, 1980). Este temor de los espectros por el futuro del edificio que habitan y por la naturaleza de los vivos con los que tendrán que convivir, nos remite a la primera temporada de la serie, Murder House, y por supuesto, a Bitelchús (Tim Burton, 1988). La hilarante solución la impone James March: una especie de veda de asesinatos hasta 2026, cuando el edificio sea declarado patrimonio histórico. Para que la tregua funcione, Iris y Liz deben contentar a los dos fantasmas más problemáticos. A la yonqui nihilista Sally (Sarah Paulson) la convierten en otro tipo de adicta: a las redes sociales. Al diseñador Will Drake (Cheyenne Jackson) le permiten seguir al frente de su firma, organizando desfiles con los fantasmas del Cortez como modelos. Esta es la surrealista -y divertida- forma en la que los muertos salvan su hogar.


Liz Taylor ha sido sin duda el personaje más humano de Hotel. Su historia de transexualidad -una probable referencia a Ed Wood- ha sido contada de una forma tremendamente cercana, a lo que ha ayudado mucho la gran interpretación de Dennis O'Hare. En este capítulo, conocemos el destino de Liz, que se convierte en abuela -cerrando la herida del abandono del hogar- para luego descubrir que tiene cáncer -¡De próstata!- y morir a manos de su creadora, la Condesa (Lady Gaga) en una escena emocionante. Liz acabará convertida en fantasma y reuniéndose con su gran amor, Tristan (Finn Wittrock).


Ya sabemos que cada capítulo de cada temporada de AHS no se conforma con contar y desarrollar una historia hasta su desenlace. En cada entrega de la serie hay digresiones, se abren nuevos caminos narrativos sin cesar, lo que ayuda a mantener la frescura, la sensación de que todo es posible. A pesar de ser este el último episodio de Hotel, los guionistas no se cortan y presentan una nueva historia, protagonizada por un personaje inédito en la temporada, nada menos que la psíquica Billie Dean Howard, de American Horror Story: Murder House, interpretada de nuevo por Sarah Paulson. La decisión es, sin duda, atrevida, además de un guiño a los fans de la serie. La trama sirve para cerrar el arco de John Lowe (Wes Bentley), convertido en un asesino en serie que solo mata a quien lo merece -en plan Dexter- para mantener alimentada a su familia de vampiros. John es detenido y ajusticiado por la policía, por lo que se convierte en un fantasma más del hotel Cortez, lo que obliga a la pequeña Scarlett (Shree Crooks) a irse lejos, aunque visitando regularmente a sus seres queridos que, por supuesto, no envejecen. Los creadores de AHS vuelven aquí a subvertir el modelo de esa familia tradicional que suele ser la protagonista de gran parte del cine de terror. Con ello, sin embargo, resuelven el gran conflicto central de esta temporada: el de la paternidad irresponsable.

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