Tras dirigir un par de episodios de The Flash, Kevin Smith -Clerks (1994)- se atreve también con Supergirl, serie que probablemente le ofrece más posibilidades de cultivar la vena sensiblera de su temida Jersey Girl (2004). Por suerte, no es así. Creo que no descubro nada si digo que en una serie de televisión, el texto, el guión, tiene mucho más peso que la realización, generalmente práctica, plana y funcional: excepciones hay, por ejemplo, Breaking Bad (2008), Mr. Robot (2015) o The Knick (2014). Smith, como autor, destaca sobre todo por sus diálogos y por sus temáticas: lleva un fan dentro que suele traducirse en forma de referencias cinéfilas -a Star Wars (1977)- y comiqueras -de superhéroes-. En este episodio, que podría haber dirigido Smith o cualquier otro, este ofrece una planificación un poco por encima de lo simplemente "correcto" y tampoco destaca demasiado en la dirección de actores, como sí lo había hecho en The Flash. Y eso que le ha tocado en suerte un guión delicioso, una aventura espacial en la que se recupera a la villana Roulette (Dichen Lachman), que utiliza un pórtico teletransportador al estilo Stargate (1994), en un argumento de space opera que descubre una raza extraterrestre que roba humanos para esclavizarlos: la más destacable es una joven encarnada por la hija del director, Harley Quinn Smith. A pesar del reducido presupuesto, el director de Mallrats (1995) se las arregla para que la cosa funcione. El resto de tramas son más bien funcionales. La evolución como periodista de Kara (Melissa Benoist) comienza a ser reiterativa; la relación lésbica entre Alex (Chyler Leigh) y Maggie (Floriana Lima) es juguetona, pero no aporta demasiado -recordemos al Smith casi homófobo de Persiguiendo a Amy (1997)- Guardian/James Olsen (Mehcad Brooks) protagoniza una escena de acción, una pelea a puñetazos, que le confirma como el "Batman" de esta serie, aunque escenas así las hay en Arrow a patadas y, por último, está la trama de Winn (Jeremy Jordan) un sidekick miedoso y friki, que podría ser un personaje de la trilogía de Jersey de Smith, pero que quizás acaba desaprovechado, a pesar del acierto de hacerle repetir la frase trekkie "No soy una camiseta roja" -I'm not a red shirt-. Por cierto, el episodio se titula Supergirl Lives por el proyecto abortado sobre el hombre de acero, Superman Lives, cuyo guión escribió Smith, Tim Burton iba a dirigir y Nicholas Cage a protagonizar. ¿Lo más interesante de este capítulo? El desarrollo de Mon-El (Chris Wood), su futuro como superhéroe y su misterioso pasado.
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