Perdonen ustedes si me equivoco, pero creo que Artemis Fowl es el enésimo intento de generar una franquicia juvenil en la línea de la exitosa Harry Potter. Desconozco la calidad de la novelas que Eoin Colfer comenzó a escribir en el año 2001, pero esta adaptación cinematográfica me ha resultado francamente insatisfactoria. Producida por Disney y dirigida nada menos que por Kenneth Branagh -que ha hecho La Cenicienta, Thor y ha sido actor en la saga de Harry Potter- esta película vuelve a presentarnos a un joven elegido para la aventura, que descubre un mundo oculto de magia, en este caso, el de las hadas. Para mí, el principal problema de la cinta es su protagonista, Artemis Fowl (Ferdia Shaw), pobremente construido para ser el héroe del film y que no acaba de despertar mi simpatía. Esto se debe a una decisión que creo que viene heredada de las novelas, cuya narrativa va saltando de un personaje a otro. Así, el joven que da título a esta saga debe compartir protagonismo con el hada Holly Short (Lara McDonell), que acaba resultando mucho más simpática. Eso por no hablar de que el narrador sea el 'enano' Mulch Digumms (Josh Gad), suerte de alivio cómico, antihéroe sucio y desaliñado, que debería molar, pero, por alguna razón, no lo consigue. Creo que la ausencia de carisma en los personajes define un film que, por otro lado, cumple con los requisitos de una superproducción que busca entretener: grandes escenas de acción, un diseño de producción cuidado, y muchos efectos especiales. Actores conocidos, como Judi Dench y Colin Farrell, aparecen para darle algo de prestigio al producto, pero también para que sus personajes no tengan que estar demasiado desarrollados, con su fama, basta. Sin brillo y prácticamente sin villano, pensando desde el primer momento en una secuela, la película firmada por Brannagh no se detiene en ningún momento, no ofrece calor humano y desperdicia el posible color local que podría haber aportado que el escenario, la mitología, el autor y el director, sean irlandeses. En definitiva, un poco de Harry Potter, algo de El señor de los anillos y algunos toques de Men in Black y Star Wars se suman para construir una película que ya hemos visto. Eso sí, a los más pequeños, los puede sorprender.
ARTEMIS FOWL -EL MUNDO DE LAS HADAS
Perdonen ustedes si me equivoco, pero creo que Artemis Fowl es el enésimo intento de generar una franquicia juvenil en la línea de la exitosa Harry Potter. Desconozco la calidad de la novelas que Eoin Colfer comenzó a escribir en el año 2001, pero esta adaptación cinematográfica me ha resultado francamente insatisfactoria. Producida por Disney y dirigida nada menos que por Kenneth Branagh -que ha hecho La Cenicienta, Thor y ha sido actor en la saga de Harry Potter- esta película vuelve a presentarnos a un joven elegido para la aventura, que descubre un mundo oculto de magia, en este caso, el de las hadas. Para mí, el principal problema de la cinta es su protagonista, Artemis Fowl (Ferdia Shaw), pobremente construido para ser el héroe del film y que no acaba de despertar mi simpatía. Esto se debe a una decisión que creo que viene heredada de las novelas, cuya narrativa va saltando de un personaje a otro. Así, el joven que da título a esta saga debe compartir protagonismo con el hada Holly Short (Lara McDonell), que acaba resultando mucho más simpática. Eso por no hablar de que el narrador sea el 'enano' Mulch Digumms (Josh Gad), suerte de alivio cómico, antihéroe sucio y desaliñado, que debería molar, pero, por alguna razón, no lo consigue. Creo que la ausencia de carisma en los personajes define un film que, por otro lado, cumple con los requisitos de una superproducción que busca entretener: grandes escenas de acción, un diseño de producción cuidado, y muchos efectos especiales. Actores conocidos, como Judi Dench y Colin Farrell, aparecen para darle algo de prestigio al producto, pero también para que sus personajes no tengan que estar demasiado desarrollados, con su fama, basta. Sin brillo y prácticamente sin villano, pensando desde el primer momento en una secuela, la película firmada por Brannagh no se detiene en ningún momento, no ofrece calor humano y desperdicia el posible color local que podría haber aportado que el escenario, la mitología, el autor y el director, sean irlandeses. En definitiva, un poco de Harry Potter, algo de El señor de los anillos y algunos toques de Men in Black y Star Wars se suman para construir una película que ya hemos visto. Eso sí, a los más pequeños, los puede sorprender.
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