A favor: El personaje principal de la serie: Raymond Reddington (James Spader) es el gancho y con razón. Spader ha encontrado su verdadero carisma en la madurez, la calvicie, y el sobrepeso en su papel como "genio del crimen". Pronto será ¿la voz? del robótico Ultrón en la secuela de The Avengers. Además, la serie es espectacular: se han gastado una buena pasta. Los episodios dirigidos por Joe Carnahan (El Equipo A, 2010) son peliculillas de acción bastante decentes: la primera parte de la doble entrega titulada Anslo Garrick es un homenaje a La Jungla de Cristal (John McTiernan,1988) y eso mola ¿no?
En contra: Es la serie que le gustará a tu padre. Si quitamos a Spader, la cosa va cuesta abajo. Reddington establece una relación paternal con la protagonista, Elizabeth Keen (Megan Boone) y la maneja a su antojo. Keen es un personaje débil, una sufridora que genera poca o ninguna empatía... y los mofletes de la actriz no ayudan a quererla. Su marido en la ficción, Tom Keen (Ryan Eggold), es un profesor de instituto con físico de modelo que podría ser un espía, y eso resulta muy poco creíble.
Por qué pierdo mi tiempo: Precisamente, las dudas sobre la verdadera identidad de Tom Keen tienen un aire que recuerda a Alias, y que resulta más interesante que lo que debería ser el principal enigma de la serie: descubrir la verdad sobre la relación de Reddington y Elizabeth ¿Es su padre? Pues vale ¿No lo es? Pues también.
Sería buena si... Todo depende del arco de personaje de la protagonista femenina: Elizabeth Keen debería evolucionar hasta plantarle cara a Reddington. Eso o cargársela.
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