-AVISO SPOILERS-
Apadrinada por Guillermo del Toro, protagonizada por Jessica Chastain, y dirigida por el creador de un perturbador cortometraje del mismo nombre, Andrés Muschietti, Mamá tenía, quizás, demasiadas cosas a su favor como para no decepcionar.
El fantástico suele necesitar primero anclarse en la realidad para que la historia sea creíble, o más bien, aceptada por el espectador. Pero Mamá no juega al misterio, y enseña sus cartas enseguida. Error. Conocemos la amenaza sobrenatural que persigue a las niñas en los primeros minutos del film, y el espectador curtido en este tipo de películas se encontrará sabiendo más que los personajes durante toda la historia. Y eso aburre.
Hay una situación que se mantiene demasiado tiempo en la película: las niñas esconden la presencia de un siniestro ser al que llaman Mamá. Y a estas alturas, todos sabemos que un espíritu maligno esconde una muerte trágica que de alguna manera le ata a los protagonistas, y que le hace buscar algún tipo de venganza sobrenatural ¿o no? Quizás por eso la investigación que realiza el doctor Dreyfuss (Daniel Kash) en bibliotecas y archivos, y que luego continúa Annabel (Jessica Chastain), resulta tediosa. Porque además, la información que buscan ya se nos ha dado utilizando los, por otro lado espectaculares, flashbacks en forma de alucinaciones que tiene la protagonista.
A esto se suma que el guión juega con demasiados elementos innecesarios ¿por qué tienen que ser gemelos el padre de las niñas y su hermano (Nikolaj Coster-Waldau)? La subtrama entre los dos hermanos no se desarrolla satisfactoriamente, ni el proceso de maduración de Annabel, que se ve obligada a convertirse en "madre" contra su voluntad. Por otro lado, el estado salvaje en el que son encontradas las niñas habría bastado para sostener una película entera.
Una pena, porque la película cuenta con escenas tan inquietantes como la de la niña jugando en su habitación con una extraña presencia.
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