Sea cual sea tú posición sobre Interstellar -la amas o la odias- la película de Christopher Nolan da juego. Yo he expresado mis problemas con ella aquí, pero además, quiero compartir una idea que me ha estado rondando la cabeza semanas después de haberla visto. Se trata de la forma en la que aparecen en la película unos seres superiores, misteriosos, cuya identidad es uno de los enigmas mejor guardados del film: incluso algunos de los que la hemos visto no nos hemos enterado de quiénes son. En serio.
La Guerra de los Mundos (Byron Haskin, 1953)
Uno de los principales atractivos, quizás el más infantil, de cualquier película de ciencia ficción que incluya extraterrestres es ver al "bicho". El morbo de ver a la criatura, ese efecto especial que intenta suspender nuestra incredulidad. En una monster movie el "bicho" es la atracción principal, aunque muchas veces, debido a los bajos presupuestos, cause más risa que miedo. Un productor de cine, George Pal -el "Kubrick" de los 50- fue uno de los primeros que consiguió elevar la ciencia ficción de "Serie B" a un estatus más serio. En una de sus películas más conocidas, basada en el clásico de H.G. Wells, los marcianos -sí, eran marcianos del planeta rojo- apenas eran vistos fugazmente. Una opción estética para evitar que un monigote de caucho saque al espectador de la película.
This Island Earth (Joseph M. Newman, 1955)
Pero antes de La Guerra de los Mundos -y después- los extraterrestres de la ciencia ficción tenían mucho que ver con los cabezudos Zagons de la posterior -y entrañable- Regreso a la Tierra: un tío disfrazado que ahora provocaría la risa de los espectadores más escépticos. Qué pena me dan.
2001: Una odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1968)
Entonces apareció Dios, o lo más parecido que hay: Stanley Kubrick decidió cambiar para siempre la ciencia ficción cargándose las naves espaciales de juguete y los decorados de cartón piedra. Su obsesión por el detalle y la asesoría de expertos de la NASA hicieron que su obra maestra siga pareciendo realista hoy. 2001 apenas ha envejecido. La aproximación de Kubrick a esa inteligencia extraterrestre -los misteriosos seres de Interstellar cumplen un papel muy similar- fue crear una imagen muy poderosa que puede significar cualquier cosa: el monolito. Un auténtico icono del cine.
Encuentros en la tercera fase (Steven Spielberg, 1977)
Spielberg, que en 1975 mostró a su Tiburón lo menos que pudo, hizo lo mismo con los extraterrestres de leyenda urbana de su primer clásico de la ciencia ficción. Por la misma razón -no cargarse el misterio- descartó mostrar el interior de la nave que -aviso spoiler- se lleva a Richard Dreyfuss.
Alien (Ridley Scott, 1979)
Tampoco se fiaba mucho Ridley Scott de mostrar demasiado a su octavo pasajero y eso que los diseños de H.R. Giger eran espectaculares y han demostrado ser tremendamente influyentes en un montón de "bichos" cinematográficos posteriores. James Cameron se desquitaría sacando aliens a cascoporro y a una increíble "reina madre" en la secuela.
E.T. El extraterrestre (Steven Spielberg, 1982)
Carlo Rambaldi creó el terrorífico traje de Alien siguiendo los diseños de Giger, pero también hizo al "bicho" más entrañable de todos. E.T. no podía ser sugerido como los de Encuentros en la tercera fase, tenía que aparecer durante casi toda la película y lo más difícil: era necesario hacer de él un personaje al que pudieras querer. Y lo consiguieron.
Lifeforce - Fuerza vital (Tobe Hooper, 1985)
Ahora, si hablamos del morbo de ver al extraterrestre, nada como la "Space Girl" interpretada por una Mathilda May en pelota picada en Liferforce. Ni los mejores efectos especiales ni el maquillaje más logrado pueden competir con la mano de Dios (esta vez no hablo de Kubrick). Véase también a la Natasha Henstridge de Species (Roger Donaldson).
Depredador (John McTiernan, 1987)
Otro diseño muy influyente es el que hizo Stan Winston -con algo de ayuda de James Cameron- para un Depredador que tenía que salir mucho en una película que es un actioner de ciencia ficción. Winston salvó la película -en los extras del dvd pueden ver el ridículo "bicho" original que luego fue descartado- creando a un monstruo que aguantaba el primer plano mejor que Schwarzenegger.
Contact (Robert Zemeckis, 1997)
La más adulta -pero menos divertida- Contact, opta por un "bicho" completamente diferente. Cuando Eleanor (Jodie Foster) establece, por fin, un encuentro cercano en la tercera fase, el extraterrestre adopta la forma de su padre (David Morse) para no acojonar. Muy bonito.
Extraterrestre (Nacho Vigalondo, 2012)
Nacho Vigalondo evita completamente la cuestión. Su película va de otra cosa y no hay ninguna necesidad de sacar a los ¿invasores? Salen las naves, como de refilón. Como para crear un clima raruno que justifique las "marcianadas" de los personajes.
Interstellar (Christopher Nolan, 2014) -AVISO SPOILERS-
¿Y qué pasa entonces con Interstellar? Hay unos seres con una inteligencia superior que se ponen en contacto con nosotros y que dirigen a la Humanidad como en 2001. Vienen de otro planeta, aunque no son exactamente extraterrestres ¿Cómo están representados? Pues de ninguna manera. Solo se habla de ellos. Y se explica quiénes son a través de los diálogos entre los personajes. Por eso, me he encontrado con más de uno y más de dos espectadores que no se quedaron con la copla. La película te dice claramente quiénes son estos seres, pero esa información está expresada a través de diálogos, no de imágenes ni de acciones. Por ello, ese dato tan importante se pierde en un "bla bla bla" que corre el riesgo de no llegar al espectador. Lo peor es que todo el meollo de la identidad de estos seres se basa en un montón de teorías científicas, pero en el fondo, el concepto es el mismo que el de una película tan sencilla como Terminator (James Cameron, 1984). Y creo que Cameron es mucho más eficaz a la hora de darle información al espectador de una forma ágil y sobre todo cinematográfica.