SQMDVV: ARROW -TEMPORADA 3- GUILTY-


GUILTY (12 DE NOVIEMBRE)

Batman y Robin, Flash y Kid Flash, Wonder Woman y Wonder Girl, Green Arrow y Speedy. Hay una larga tradición de sidekicks en los cómics de superhéroes, sobre todo en DC Cómics. Stan Lee los odiaba y por eso Marvel tiene pocos y heredados de los años 40, como Bucky, compañero del Capitán América, o Toro, de la Antorcha Humana (original). La idea detrás del sidekick era que siendo el superhéroe un adulto, los lectores infantiles necesitaban un personaje de su edad para identificarse. Por eso Superman se dejaba acompañar por Jimmy Olsen. En los años sesenta, Spiderman cambiaría las cosas: era un superhéroe adolescente que protagonizaba sus propias historias y la figura del adulto quedaba relegada a sus enemigos, como el Doctor Octopus, el sexagenario Buitre, o su jefe J.J. Jameson. 


-AVISO SPOILERS-

El episodio Guilty de Arrow se sirve del concepto del sidekick -aunque aquí lo llamen "aprendiz"- al establecer varias relaciones paralelas entre mentor y pupilo: el propio Arrow (Stephen Amell) y el recién bautizado Arsenal (Colton Haynes); Ted Grant (J.R. Ramirez) -que desvela su identidad de justiciero como Wildcat- con respecto a Laurel Lance (Katie Cassidy) y a su compañero resentido (Nathan Mitchell); y el propio Oliver Queen aprende una lección de Tatsu -interpretada por Rila Fukushima a la que ya vimos en Lobezno Inmortal (James Mangold, 2013)- en el flahsback situado en Hong Kong.

Pero además, en un alarde de ambición extrañísimo en una serie como Arrow, todo el episodio gira alrededor del sentimiento de culpa. Roy Harper tiene extraños sueños que son recuerdos reprimidos sobre un crimen cometido bajo los efectos del mirakuru; Ted Grant se siente culpable por haber abandonado a su aprendiz; Laurel inicia el camino para vengar la muerte de su hermana y convertirse en la nueva Canario Negro. Por todo esto, Oliver aprende de Tatsu un -risible- método para recuperar los recuerdos reprimidos. A pesar de algún momento ridículo marca de la casa -como la búsqueda inicial de un cliché del pandillero latino llamado "Paco"-  Guilty es probablemente el episodio más potable de la serie tras tres temporadas. O yo estoy bajando mi nivel de exigencia tras 54 episodios. El capítulo incluye un bonito homenaje a la flecha guante del Green Arrow clásico, y un nuevo personaje femenino que resulta ser ¡sorpresa! otro arquero.


TRASH (STEPHEN DALDRY, 2014)



Si el británico Stephen Daldry hubiera hecho esta película en su Inglaterra natal, quizás habría conseguido una historia con aires dickensianos. Pero probablemente los niveles de miseria ¿y de corrupción? que pide este relato sobre tres niños de la calle no son posibles en un país que, a pesar de la crisis europea, sigue instalado en un relativo bienestar. La novela de Andy Mulligan que sirve de base a la película homónima está situada en Brasil donde -lamentablemente- sí existen esos niños sin futuro. Pero, al menos en la película, la miseria está estilizada y simplificada para servir de escenario a unas aventuras de corte juvenil que probablemente no encontrarán su público en las salas de versión original de España. La basura no huele mal en Trash.


Daldry demuestra su buen pulso narrativo sobre todo en un arranque intrigante y trepidante. El inicio recuerda un poco a la superior Ciudad de Dios (Fernando Meirelles, 2002), cuyo director sirve aquí de productor asociado. Pero es un espejismo. En Trash los malos son muy malos y los buenos -sobre todo los niños- son de una pureza imposible. El punto fuerte de Trash son los niños protagonistas, cuyas interpretaciones son lo mejor de la película: se hacen querer casi tanto como ese Billy Elliot que firmó Daldry en 2000. También destacan Wagner Moura, protagonista de Tropa de Élite (José Padilha, 2007), y un inquietante villano interpretado por Selton Mello (a pesar de la manida escena de tortura en la que escucha La Traviata). No ocurre lo mismo con los dos actores estadounidenses presentes en la película para su venta internacional. Rooney Mara da vida a una cooperante cuyo personaje parece inacabado; y Martin Sheen imprime un tono de telefilme a todas las escenas en las que aparece.

GOTHAM -TEMPORADA 1- LOVECRAFT-


LOVECRAFT (24 DE NOVIEMBRE DE 2014)

Probablemente sea falta de imaginación el que los creativos de la serie Gotham hayan decidido hacer explícita la referencia al autor de La llamada de Cthulhu (1926) -que ya existía en el universo de Batman en el manicomio de Arkham- al bautizar a un personaje directamente como Lovecraft. A mí estas cosas me chirrían. Pero la verdad es que el episodio titulado con su nombre tiene un arranque adrenalínico que no se había visto hasta ahora en Gotham.


-AVISO SPOILERS-

La irrupción de unos violentos desconocidos en la mansión Wayne que culmina con Alfred (Sean Pertwee) gritando "¡Bruce!" es de los mejores momentos que hemos podido ver hasta ahora en la serie. Por un instante se nos pasa por la cabeza la idea de una home invasion movie protagonizada por Bruce (David Mazouz) y Selina (Camren Bicondova) pero enseguida la idea se convierte en otra cosa. Cat sirve de guía para Bruce en su primera aventura en Gotham. El episodio se llama Lovecraft, pero las peripecias de dos niños huérfanos en los bajos fondos recuerdan más a Dickens. A pesar de un espectacular salto entre edificios -en el que queda claro que The Matrix (Andy y Lana Wachowski Brothers, 1999) sigue siendo influyente- la "aventura en la ciudad" debe limitarse a un mercadillo, La pulga, en el que se escucha a los Sex Pistols (bien) y encuentran a la futura Poison Ivy (Clare Foley): descubrimos que su motivación para convertirse en criminal es un espejo de la del propio Bruce. Al menos en Gotham.


Paralelamente, el Pingüino (Robin Lord Taylor) sigue maquinando para manipular a Falcone (John Doman) -que demuestra aquí que no se anda con chiquitas- y a Fish (Jada Pinkett Smith), un personaje que está tardando en dar el salto a los cómics. Impagable su flirteo con Alfred, que en este episodio ha demostrado ser mucho más que un mayordomo.



STAR WARS: THE FORCE AWAKENS (J.J. ABRAMS, 2015) -EL TEASER-

Probablemente sean los 88" más esperados de la historia del cine ¿cuánto tiempo habéis pasado mirando el twitter hoy? A mí me ha pasado un poco lo mismo que con la tostadora: en cuanto he dejado de mirar, ha saltado. Lo primero que hay que decir es que 88" no dan para sacar demasiadas conclusiones. Lo segundo, que si es Star Wars, probablemente me va a gustar. Aunque recuerdo ahora -con desagrado- cómo la ilusión que me hizo el teaser de La Amenaza Fantasma (1999). Y ya sabéis cómo acabó aquello. Pero yo confío en J.J. Abrams. 


¿Qué hemos visto? Lo que parece Tatooine y un stormtrooper (John Boyega) ¡de raza negra! Lando Calrissian ya tiene un "hermano". Luego hay una chica guapa (Daisy Ridley) en un vehículo sobre más dunas de Tatooine. La voz de ¿Max Von Sydow? nos cuenta que algo se ha despertado. Hay más stormtroopers rediseñados, Alas-X y lo mejor, el Halcón Milenario enfrentándose a unos cazas TIE. Abrams es un fan como nosotros y sabe lo que queremos. 


Para mí, la única pega del asunto es esa pelota con cabeza de unidad R2 que parece un pelín infantil para mi gusto. Espero que solo sea un guiño a Bad Robot (la productora de Abrams). Y un detalle: todas las naves aparecen dentro de la atmósfera de un planeta y no en el espacio ¿por qué será?


THE WALKING DEAD -TEMPORADA 5- CROSSED


CROSSED (23 DE NOVIEMBRE) 

El episodio podría titularse Cruzados porque las historias de los personajes -separados durante varios capítulos- se unen por fin de nuevo. Alternar subtramas con diferentes protagonistas suele imprimir un rimo ágil a cualquier historia. Suele garantizar un relato entretenido. Pero me temo que no es el caso.


-AVISO ¿SPOILERS?-

En Cruzados, Abraham (Michael Cudlitz) sigue en estado shock tras la revelación del episodio titulado Self Help. Permanece arrodillado, casi sin hablar, y con la mirada perdida durante todo el capítulo. La única acción que lleva a cabo -el clímax- es coger una botella de agua. Rosita (Christian Serratos) enseña a sus compañeros a filtrar agua -ella lo ha aprendido de Abraham- utilizando un trozo de tela y una botella. Juntos ven cómo el agua limpia cae, gota a gota, en un cubo. Por suerte, enseguida ocurre algo todavía más emocionante: capturan un pez. El padre Gabriel (Seth Gilliam) se empeña en limpiar una mancha de sangre del altar. Se siente culpable, algo lógico en un sacerdote católico. Su acción principal será escapar de su propia iglesia para luego no atreverse a matar a un zombie porque lleva un crucifijo. Beth (Emily Kinney) -que sigue atrapada en el hospital de Slabtwon- intenta salvar la vida de Carol (Melissa McBride). Para conseguirlo, tendrá que robar medicinas de un armario sobornando a un anciano ¡con fresas! para que finja sufrir un ataque de tos. Sí, esto es The Boring Dead. Toda la tensión del episodio proviene de la única trama interesante: el endurecimiento de Rick (Andrew Lincoln) que parece estar muy cerca de convertirse en un asesino. Rick propone matar a los que mantienen cautivas a Beth y a Carol, pero Tyresse (Chad L. Williams) -todavía afectado por los sucesos de Four walls and a roof- consigue disuadirle con ayuda de Daryl (Norman Reedus). La propuesta de Tyresee es secuestrar a varios rehenes para negociar con los secuestradores. Decisión que, obviamente, complicará el rescate. Rick cederá y llegará incluso a confiar en el sargento Lamson (Maximiliano Hernández) que, previsiblemente, acaba traicionándoles. En The Walking Dead lo mejor sigue siendo ver caminar a Maggie (Lauren Cohan).


MR. CELOS (NOAH BAUMBACH, 1997)


Mr. Celos comienza con la música de Jules et Jim (François Truffaut, 1962) que Noah Baumbach utiliza para marcar el tono y para demostrar su amor por la Nouvelle Vague ¿Y a quién no le gustaría vivir en una de esas comedias ligeras, parisinas y maravillosas? A mí sí. Lester (Eric Stoltz) es un treintañero inseguro y apasionado por el cine -imposible no identificarme con él- enfermo de celos. Curiosamente, Lester tiene la misma obsesión por los exnovios de Ramona (Anabella Sciorra) que la que el protagonista de Scott Pilgrim contra el mundo (Edgar Wright, 2010) siente por su propia Ramona (Mary-Elizabeth Winstead). Pero me desvío. En Mr. Celos, Lester llega al extremo de infiltrarse en el grupo de terapia -¡dirigido por Peter Bogdanovich!- que uno de los antiguos novios de Ramona, el exitoso Dashiell (Chris Eigeman). Con esta idea, el autor de -mi favorita- Frances Ha (2012) hace una comedia romántica clásica de chico conoce chica, la pierde y ¿la recupera? que incluso acaba con una boda. Su único defecto, el limitado carisma de sus actores. Lo más bonito: que a Lester se le desmonte una coartada por no haber visto El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962).


-AVISO SPOILERS-

A pesar de su título, Mr. Celos no nos cuenta la historia de un celoso patológico como sí lo es el protagonista de Él (Luis Buñuel, 1953). Se nos dice que una novia fue infiel a Lester siendo éste adolescente y que eso le ha impedido confiar en sus siguientes parejas. Pero creo que su problema es otro. Lester es un fracasado. Tiene un trabajo absurdo, como profesor sustituto, que le obliga a lidiar con niños que le odian y a ocuparse de temas que no conoce -el idioma español- ni le interesan. Por eso se refugia en el cine clásico. Y por eso siente celos. No solo porque Ramona haya tenido más parejas sexuales, sino porque la insatisfacción vital de Lester le hace sentirse inseguro. El exnovio que se convierte en el objetivo de su obsesión, Dashiell, representa el sueño que Lester no ha podido cumplir: es un escritor de éxito. La idea de la película es que no podemos esperar que nuestra vida en pareja funcione si no solucionamos antes nuestros problemas individuales. Es una idea similar a lo que propone Frances Ha con respecto a la amistad. Lo bonito y lo mágico de Mr. Celos es que esos problemas tienen solución. Lester se dedica a escribir, siguiendo su vocación; Ramona asiste a terapia para eliminar sus manías y, al final, consiguen retomar su amor. Si tan solo la vida real fuera tan sencilla.


AMERICAN HORROR STORY: FREAK SHOW -TEST OF STRENGTH-


TEST OF STRENGTH (19 NOVIEMBRE)

Jimmy Darling (Evan Peters) interpreta el Come as you are de Nirvana -una canción que trata sobre la aceptación- en una declaración de intenciones del propio personaje que, en este episodio, revela su verdadera naturaleza.

-AVISO SPOILERS-

Jimmy decide retrasar su fuga con Maggie Esmeralda (Emma Roberts) para cuidar de sus compañeros freaks. El sacrificio por la comunidad es uno de los rasgos esenciales de un héroe. Otra característica necesaria es tener un antagonista. Dandy Mott (Finn Wittrock) se perfila como el posible enemigo de Jimmy al convertirse en una amenaza asesina para los fenómenos tras la disputa por Bette y Dot (Sarah Paulson). El enfrentamiento entre ambos puede decidir el desenlace de la serie. Aunque American Horror Story suele sorprender. Curiosamente, tanto Jimmy como Dandy comparten la ausencia del padre y un origen genético defectuoso. Dandy proviene de una familia de ricos endogámicos, y Jimmy del clan de los (langosta) Toledo.


La "prueba de fuerza" que da título al episodio se refiere también a que Jimmy se ve obligado a enfrentarse a su padre, Dell Toledo (Michael Chiklis) para defender a su grupo. Dell es un "forzudo" que duda de su hombría por su homosexualidad. En este capítulo, además, es humillado al caer derrotado a manos de Amazon Eve (Erika Ervin) cuando intentaba matarla para evitar el chantaje de Stanley (Denis O´Hare). Y esa derrota es la razón que obliga a Jimmy a plantarle cara para proteger a los suyos. Pero Dell convierte la energía hostil de su hijo no reconocido en la posibilidad de una reconciliación. Aunque la comunión momentánea resulta falsa. Dell se plantea incluso asesinar a Jimmy, pero se conforma con matar a otro fenómeno para satisfacer a Stanley. ¿Es él el verdadero antagonista? ¿Tendrá Jimmy que matar a su padre? Veremos. No es el único conflicto paternofilial del episodio. Penny (Grace Gummer) es convertida por su padre en un fenómeno. Si se ha enamorado de un freak, tiene que convertirse en uno de ellos.

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ORÍGENES (MIKE CAHILL, 2014)


La ganadora del premio a la mejor película del Festival de Sitges (2014) se sostiene posiblemente en la "apuesta" de Pascal. El pensador francés llegó a la conclusión de que, ante la imposibilidad de probar la existencia de Dios, es más beneficioso creer en él que no hacerlo, ya que la promesa de una vida eterna compensa los sacrificios de la moralidad cristiana. En Orígenes se expone -literalmente- un pensamiento similar, aunque se elimina el componente religioso en favor de una espiritualidad más universal. Sin embargo, el beneficio de "creer" sigue siendo el mismo: la trascendencia. Ante el dolor que significa vivir y dejar atrás a nuestros seres queridos, Orígenes propone una explicación entre científica y mística que ofrecería consuelo ante la pérdida. Para convertir ese concepto en una historia, Mike Cahill utiliza una narración, quizás, más propia de una novela, que abarca varios años. Tras un primer tercio pausado, profundo y muy interesante, la historia acelera su ritmo. Comienzan a ocurrir un montón de cosas que sorprenden y que incluso pueden llegar a despistar. Son piezas de un puzzle que no entenderemos hasta el final. Cada cosa que pasa tiene una consecuencia posterior que la justifica. Es trabajo del espectador decidir si las cosas que ocurren constituyen ingeniosos giros... o trucos de guión. En mi opinión, Orígenes utiliza un marco de ciencia ficción para acercarse a un asunto espiritual y con ello contar una historia de amor, o dos. Lo que intenta explicar Cahill es esa atracción irracional, esa conexión, esa química, que sentimos hacia ciertas personas a pesar de que no sean -incluso de forma evidente- adecuadas o compatibles con nosotros ¿Qué nos une realmente? ¿Por qué tenemos la sensación de haberlas conocido siempre?

THE KNICK -THEY CAPTURE THE HEAT-


THEY CAPTURE THE HEAT (25 OCTUBRE) -AVISO SPOILERS-

Un teléfono suena insistentemente -casi tanto como el de Érase una vez en América (Sergio Leone, 1984)- justo antes de que los doctores Thackery (Clive Owen) y Edwards (André Holland) tengan que operar de urgencia bajo la amenaza de las pistolas del gángster Bunky Collier (Danny Hoch). Es la demostración gráfica de que el hospital, The Knick, está en un barrio peligroso. A continuación, una innovación como los rayos x -en la Fundación Telefónica en Madrid se puede ver ahora mismo el aparato portátil de rayos x Sánchez- destapa los problemas económicos que atraviesa el hospital, que se plantea mudarse a "donde el dinero se ha ido". Esto plantea la cuestión -moral- de si existe la responsabilidad de ocuparse de los más necesitados. Una idea descartada rápidamente por los administradores del hospital como un "desperdicio de recursos". De esta reunión, Herman Barrow (Jeremy Bobb) pasa a otra no demasiado diferente. Un policía le propone un negocio de prostitución. La amoralidad no es propiedad exclusiva de los ricos. Todo en The Knick es una transacción monetaria. Es el dinero lo que lleva al camillero Tom Cleary (Chris Sullivan) a hacer negocio con la hermana abortista Harriet (Cara Seymour). Una cena en un restaurante de lujo sirve para que un millonario done al hospital la máquina de rayos x. Y Edwards vende su reloj para comprar el hilo de plata necesario para coser la hernia de Ernesto Mendieta (Edwin Lugo). Pero el dinero probablemente no servirá para curar la meningitis de la hija del doctor Gallinger (Eric Johnson), aunque haya pagado la bicicleta de Lucy (Eve Hewson) -lo primero que compró al llegar a Manhattan- y que sirve a la enfermera para darle a Thackery un fugaz momento de felicidad. The Knick es mi serie favorita ahora mismo.

GOTHAM -TEMPORADA 1- HARVEY DENT-


HARVEY DENT (17 NOVIEMBRE)

"Why so serious?" preguntaba el Joker (Heath Ledger) en The Dark Knight (Christopher Nolan, 2008) y la misma pregunta habría que hacérsela al joven Bruce Wayne (David Mazouz) de Gotham. Eres un niño, tus padres no están, tienes todo el dinero del mundo, un mayordomo que te enseña a boxear para pegarle a otros chavales y encima -AVISO SPOILERS- te traen a un bombón como Selina Kyle (Camren Bicondova) a vivir en tu mansión. ¿Por qué tan serio? Que Batman y Catwoman compartan juegos infantiles deja muy claro que Gotham no es la precuela de nada: está construyendo su propia historia de manera independiente a las películas y los cómics. Casi que mejor. Siguiendo esta lógica, quizás no llegaremos a ver engordar al Pingüino (Robin Lord Taylor). 


Precisamente este episodio se centra en otro personaje clásico de Batman cuyo origen aquí es ligeramente diferente al de otras versiones. El fiscal Harvey Dent (Nicholas D'Agosto) se convertirá en el desquiciado Dos Caras, que ya fuera interpretado por Billy Dee William en Batman (Tim Burton, 1989), por Tommy Lee Jones en Batman Forever (Joel Schumacher, 1995) y por Aaron Eckhart en la ya citada The Dark Knight. Dent es un nuevo personaje que se implica en la trama del asesinato de los padres de Bruce Wayne -el hecho capital que sostiene todo el universo de Batman- y una de las más interesantes de la serie, a pesar de que ya conocemos su desenlace ¿o no? Por otro lado, tenemos al "villano de la semana", Ian Hargrove (Leslie Odom Jr.) en la trama episódica que suele ser lo más flojo de cada entrega de Gotham. Hay una secuencia en esta historia que refleja una característica que se repite en las adaptaciones de Batman: suelen ambientarse en una época -aunque indeterminada- que evoca a los años 40. Por alguna razón, desde las películas de Tim Burton, Gotham es una ciudad anclada en esa época -la excepción es la trilogía de Christopher Nolan- con edificios y decorados eminentemente art déco, un estilo asociado con el film noir. Que el referente sean los años cuarenta afecta también al tono -inocente- y a una puesta en escena que imita a las películas de la época: Hargrove prepara un paquete bomba que es enviado a los vigilantes de un almacén de municiones. Se trata de una cesta con chocolates y galletas que los guardias reciben sin sospechar "¿Qué más da quién la haya enviado?". Justo después escuchan un "tic tac" que precede a la explosión mortal. En el plano siguiente vemos la portada de un periódico que recoge la noticia del atentado. El niño que es Bruce Wayne lee un periódico impreso en papel ¿en qué época vive? En la nuestra, no.


Lo mejor del episodio es la recuperación -ya era hora- de la trama romántica entre Barbara Kean (Erin Richards) y Renee Montoya (Victoria Cartagena). Olé.

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AGENTES DE S.H.I.E.L.D -TEMPORADA 2- THE THINGS WE BURY


THE THINGS WE BURY (18 NOVIEMBRE DE 2014)

Agentes de S.H.I.E.L.D está en su mejor momento. A un nivel que ya quisieran para sí muchas otras series. El ritmo con el que van avanzando las tramas en cada capítulo es verdaderamente adictivo. Es imposible aburrirse con la cantidad de cosas que pasan en Las cosas que enterramos y aún así, cada hecho dramático tiene su peso. Nos importa lo que ocurre. La búsqueda de la misteriosa ciudad ¿de los Inhumanos? sigue siendo el Mcguffin, aunque sigue por ahí el obelisco: es precisamente la llave para abrir la misteriosa urbe. S.H.I.E.L.D e HYDRA están enfrascados en una carrera por llegar los primeros que sirve de excusa para desvelar el pasado -nazi- de Whitehall (Reed Diamond) y la motivación del padre de Skye (Kyle MacLachlan).


Por si fuera poco, aparece la agente Carter (Hayley Atwell) que sigue calentando motores para el estreno de su propia serie en 2015. Todas estas tramas parecen formar parte de un plan mayor que tiene su origen en Capitán América: el primer vengador (Joe Johnston, 2011) y cuya repercusión podría extenderse hasta Avengers: Age of Ultron (Joss Whedon, 2015). Pero además, los guionistas están muy en forma en este episodio y tienen tiempo para resolver la tensión sexual no resuelta entre Bobbi (Adrianne Palicki) y Hunter (Nick Blood) y encima, darle carpetazo al conflicto entre Ward (Brett Dalton) y su hermano (Tim DeKay). Todo eso dejando, además, la miel en los labios para el siguiente capítulo.

CAPÍTULO ANTERIOR: THE WRITING IN THE WALL

INTERSTELLAR Y OTRAS PELIS DE ¿EXTRATERRESTRES?


Sea cual sea tú posición sobre Interstellar -la amas o la odias- la película de Christopher Nolan da juego. Yo he expresado mis problemas con ella aquí, pero además, quiero compartir una idea que me ha estado rondando la cabeza semanas después de haberla visto. Se trata de la forma en la que aparecen en la película unos seres superiores, misteriosos, cuya identidad es uno de los enigmas mejor guardados del film: incluso algunos de los que la hemos visto no nos hemos enterado de quiénes son. En serio.


La Guerra de los Mundos (Byron Haskin, 1953)
Uno de los principales atractivos, quizás el más infantil, de cualquier película de ciencia ficción que incluya extraterrestres es ver al "bicho". El morbo de ver a la criatura, ese efecto especial que intenta suspender nuestra incredulidad. En una monster movie el "bicho" es la atracción principal, aunque muchas veces, debido a los bajos presupuestos, cause más risa que miedo. Un productor de cine, George Pal -el "Kubrick" de los 50- fue uno de los primeros que consiguió elevar la ciencia ficción de "Serie B" a un estatus más serio. En una de sus películas más conocidas, basada en el clásico de H.G. Wells, los marcianos -sí, eran marcianos del planeta rojo- apenas eran vistos fugazmente. Una opción estética para evitar que un monigote de caucho saque al espectador de la película. 


This Island Earth (Joseph M. Newman, 1955)
Pero antes de La Guerra de los Mundos -y despuéslos extraterrestres de la ciencia ficción tenían mucho que ver con los cabezudos Zagons de la posterior -y entrañable- Regreso a la Tierra: un tío disfrazado que ahora provocaría la risa de los espectadores más escépticos. Qué pena me dan.


2001: Una odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1968) 
Entonces apareció Dios, o lo más parecido que hay: Stanley Kubrick decidió cambiar para siempre la ciencia ficción cargándose las naves espaciales de juguete y los decorados de cartón piedra. Su obsesión por el detalle y la asesoría de expertos de la NASA hicieron que su obra maestra siga pareciendo realista hoy. 2001 apenas ha envejecido. La aproximación de Kubrick a esa inteligencia extraterrestre -los misteriosos seres de Interstellar cumplen un papel muy similar- fue crear una imagen muy poderosa que puede significar cualquier cosa: el monolito. Un auténtico icono del cine.


Encuentros en la tercera fase (Steven Spielberg, 1977)
Spielberg, que en 1975 mostró a su Tiburón lo menos que pudo, hizo lo mismo con los extraterrestres de leyenda urbana de su primer clásico de la ciencia ficción. Por la misma razón -no cargarse el misterio- descartó mostrar el interior de la nave que -aviso spoiler- se lleva a Richard Dreyfuss. 


Alien (Ridley Scott, 1979)
Tampoco se fiaba mucho Ridley Scott de mostrar demasiado a su octavo pasajero y eso que los diseños de H.R. Giger eran espectaculares y han demostrado ser tremendamente influyentes en un montón de "bichos" cinematográficos posteriores. James Cameron se desquitaría sacando aliens a cascoporro y a una increíble "reina madre" en la secuela.


E.T. El extraterrestre (Steven Spielberg, 1982)
Carlo Rambaldi creó el terrorífico traje de Alien siguiendo los diseños de Giger, pero también hizo al "bicho" más entrañable de todos. E.T. no podía ser sugerido como los de Encuentros en la tercera fase, tenía que aparecer durante casi toda la película y lo más difícil: era necesario hacer de él un personaje al que pudieras querer. Y lo consiguieron.


Lifeforce - Fuerza vital (Tobe Hooper, 1985)
Ahora, si hablamos del morbo de ver al extraterrestre, nada como la "Space Girl" interpretada por una Mathilda May en pelota picada en Liferforce. Ni los mejores efectos especiales ni el maquillaje más logrado pueden competir con la mano de Dios (esta vez no hablo de Kubrick). Véase también a la Natasha Henstridge de Species (Roger Donaldson).


Depredador (John McTiernan, 1987)
Otro diseño muy influyente es el que hizo Stan Winston -con algo de ayuda de James Cameron- para un Depredador que tenía que salir mucho en una película que es un actioner de ciencia ficción. Winston salvó la película -en los extras del dvd pueden ver el ridículo "bicho" original que luego fue descartado- creando a un monstruo que aguantaba el primer plano mejor que Schwarzenegger.


Contact (Robert Zemeckis, 1997)
La más adulta -pero menos divertida- Contact, opta por un "bicho" completamente diferente. Cuando Eleanor (Jodie Foster) establece, por fin, un encuentro cercano en la tercera fase, el extraterrestre adopta la forma de su padre (David Morse) para no acojonar. Muy bonito.



Extraterrestre (Nacho Vigalondo, 2012)
Nacho Vigalondo evita completamente la cuestión. Su película va de otra cosa y no hay ninguna necesidad de sacar a los ¿invasores? Salen las naves, como de refilón. Como para crear un clima raruno que justifique las "marcianadas" de los personajes.


Interstellar (Christopher Nolan, 2014) -AVISO SPOILERS-
¿Y qué pasa entonces con Interstellar? Hay unos seres con una inteligencia superior que se ponen en contacto con nosotros y que dirigen a la Humanidad como en 2001. Vienen de otro planeta, aunque no son exactamente extraterrestres ¿Cómo están representados? Pues de ninguna manera. Solo se habla de ellos. Y se explica quiénes son a través de los diálogos entre los personajes. Por eso, me he encontrado con más de uno y más de dos espectadores que no se quedaron con la copla. La película te dice claramente quiénes son estos seres, pero esa información está expresada a través de diálogos, no de imágenes ni de acciones. Por ello, ese dato tan importante se pierde en un "bla bla bla" que corre el riesgo de no llegar al espectador. Lo peor es que todo el meollo de la identidad de estos seres se basa en un montón de teorías científicas, pero en el fondo, el concepto es el mismo que el de una película tan sencilla como Terminator (James Cameron, 1984). Y creo que Cameron es mucho más eficaz a la hora de darle información al espectador de una forma ágil y sobre todo cinematográfica.

THE WALKING DEAD -TEMPORADA 5- CONSUMED


CONSUMED (16 NOVIEMBRE)

La quinta temporada de The Walking Dead se centra menos en las dinámicas de un grupo de supervivientes -el cómic ha explorado mucho más la formación de pequeñas comunidades en un mundo postapocalíptico- para que sus protagonistas, divididos, vivan aventuras casi en solitario. El tema central de la temporada es la transformación que sufren los personajes al tener que enfrentarse a decisiones de vida o muerte diariamente. La pérdida de humanidad, el endurecimiento del alma necesario para sobrevivir en un tiempo en el que la muerte acecha en cada rincón. En Consumidos, la protagonista absoluta es Carol (Melissa McBride) la mejor exponente de ese arco de transformación de los personajes de The Walking Dead: ha pasado de ser una mujer maltratada a una superviviente capaz de matar sin pestañear para seguir viva. Carol ha tomado varias decisiones durante la serie que la han acabado apartando del grupo. Su recorrido vital vertebra un episodio que es un buen ejemplo de la dirección que ha tomado The Walking Dead: cada vez más oscura y amarga -la silueta de un niño zombie que golpea una puerta de cristal- combina largas secuencias silenciosas con diálogos en los que los personajes reflexionan abiertamente sobre el significado de vivir rodeado de zombies: Carol asegura que quizás ya no cree en Dios, pero piensa retrasar su descenso al infierno todo lo posible. En una pirueta narrativa, el final de Consumed enlaza con el desenlace de Slabtown y también con el cliffhanger de Four walls and a roof.

AMERICAN HORROR STORY: FREAK SHOW -BULLSEYE-


BULLSEYE (12 NOVIEMBRE) -AVISO SPOILERS-

"No quiero vivir en este infierno de clase media" le dice Penny (Grace Gummer) a su padre que, escopeta en mano, intenta evitar que se marche de casa con su amante, nada menos que Paul "la foca ilustrada" (Mat Fraser).  El control dictatorial que ejerce ese padre sobre su hija tiene mucho que ver con la posición de Elsa (Jessica Lange) en su espectáculo de fenómenos. El personaje de la vedette alemana es sin duda complejo, ya que puede conjugar la autocompasión por su carrera fracasada con la actitud más cruel hacia los otros. La ilusa Elsa sigue soñando con protagonizar su propio programa de televisión. Para ello desempolva un viejo número circense en el que lanza cuchillos. Es una metáfora del control que quiere ejercer en el circo. La alemana se imagina en la diana a varios freaks de su espectáculo, a los que odia. En el fondo, les desprecia porque no quiere ser como ellos, un monstruo más. Pero en realidad, Elsa sabe que lo es y les odia porque se desprecia a sí misma. El personaje de Elsa es fantástico porque mientras lanza cuchillos le promete a Ethel (Kathy Bates) que cuando tenga su programa, se los llevará a todos con ella. Quiere salvarles, porque sueña con salvarse ella misma. Pero al mismo tiempo, Elsa utiliza a los freaks para satisfacer sus necesidades: usa a Ma Petite (Jyoti Amge) como "peluche" para dormir, y a Paul para satisfacer su deseo sexual. Cuando descubre que éste mantiene otra relación -con Penny- Elsa le somete a su nuevo número de cuchillos. Una sonrisa -estupenda Jessica Lange- se le escapa cuando el último proyectil se clava en la carne de Paul. Es la satisfacción de sentir que tienen el control sobre la vida y la muerte de sus fenómenos. La misma sensación que busca Dandy (Finn Wittrock) cuando descubre que una de las mellizas (Sarah Paulson) no está enamorada de él.

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SQMDVV: ARROW -TEMPORADA 3- THE SECRET ORIGIN OF FELICITY SMOAK-


EL ORIGEN SECRETO DE FELICITY SMOAK (5 NOVIEMBRE)

Felicity Smoak (Emily Bett Rickards) es mi personaje favorito de Arrow. No es decir mucho. A pesar de ser el ridículo alivio cómico de la serie -supuestamente un contrapunto de humor a la impostada seriedad del resto de personajes- y la caricatura de un nerd, Felicity es el único personaje que parece humano. El título del episodio hace referencia a una serie de DC Comics que narraba los orígenes de diversos superhéroes. En este, descubrimos el pasado de Felicity.


-AVISO SPOILERS-

Tras ver cómo se entrenan -por separado- Arsenal (Colton Haynes), Laurel (Katie Cassidy) y Thea (Willa Holland), un flashback desvela que Felicity -en la universidad- fue una hacker antisistema de estética gótica. En Arrow no le tienen ningún miedo al cliché. Eso sí, Felicity tenía ciertos principios éticos que la llevan a desconectarle el wifi a su noviete para que no rompa la Ley robando créditos estudiantiles. La siguiente escena se relaciona también con la idea de no tomar dinero "prestado": Oliver Queen (Stephen Amell) critica a Thea por utilizar el dinero de Malcolm Merlyn (John Barrowman) ya que no sabe que ella sabe que éste sigue vivo. Enseguida, un nuevo villano -¡Hermano Ojo!- corta la electricidad en Starling City y para ello roba la imagen del Sauron de El señor de los anillos cinematográfico. Algo nos hace sospechar que se trata del amiguito de Felicity, que ha vuelto para vengarse. Esto justo cuando Ray Palmer (Brandon Routh) suelta, como quien no quiere la cosa, que la energía debería ser gratuita para la gente. Esto en Arrow es hilar muy fino ¿eh? El superhéroe protagonista se enfrenta a un enemigo capaz de manipular a la gente común de Starling City para crear descontento y caos. Por suerte, Arrow y Arsenal están allí para dispersar a una turba enfurecida, echándole una mano a los antidisturbios. Superhéroes a favor de la represión: Dennis O´Neil y Neal Adams deben estar sufriendo ardores de estómago. Hay que destacar que Oliver descubre que Felicity está en peligro cuando esta no responde a su móvil: "nunca se separa de su teléfono más de dos horas". Si la única razón para que Felicity no conteste a una llamada es que la haya secuestrado su exnovio psicópata hacker, esta chica es la mujer perfecta. Además, descubrimos que su madre podría haber sido la protagonista de Una conejita en el campus (Fred Wolf, 2008). El final del episodio es un cliffhanger que tiene pinta de ser muy muy tramposo. Pero me gusta.

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AGENTES DE S.H.I.E.L.D -TEMPORADA 2- THE WRITING ON THE WALL

THE WRITING ON THE WALL (11 NOVIEMBRE DE 2014)


Con un inicio que recuerda, una vez más, a los Expediente X (1993-2002), The writing on the wall es uno de esos episodios que consiguen enganchar. Que crean adicción. Que te hacen preguntarte inquieto ¿qué vendrá después? Lo primero que llama la atención es que los guionistas hayan decidido cerrar una trama -la del agente Coulson (Clark Gregg) y esos extraños símbolos que escribe en la pared compulsivamente- que comenzó al final de la primera temporada. Sobre todo porque estamos hablando de un séptimo episodio de 22. Cualquier otra serie habría alargado mucho más esta subtrama, hasta agotarla. Pero Agentes de S.H.I.E.L.D parece tener un plan más ambicioso. Resuelven aquí un misterio y lo hacen de manera satisfactoria, pero además, crean otro estrechamente relacionado con el anterior.


-AVISO SPOILERS-

La historia del capítulo se divide en dos subtramas. Por un lado, los agentes siguen a Ward (Brett Dalton) convertido ahora en un peligroso enemigo que parece decidido a volver con HYDRA. El seguimiento de Ward está contado con cierta tensión y el personaje consigue transmitir una verdadera sensación de amenaza. El giro final, que desvela que Ward es un espía leal solo a sí mismo -una especie de Ronin- completa la evolución de un personaje que es mucho más interesante ahora que cuando le conocimos en el primer capítulo de la serie. La otra trama, que resuelve el misterio de los símbolos, es incluso más atractiva. Los enigmáticos símbolos alienígenas han servido para varios apuntes ingeniosos que recuerdan a Encuentros en la tercera fase (Steven Spielberg, 1977): el asesino que los tiene tatuados sobre su cuerpo y que los marca con un cuchillo en la carne de sus víctimas; la artista que los pinta una y otra vez; o el exagente que no recuerda nada, pero que ha construido una maqueta de tren que otorga una tercera dimensión a los símbolos y que resulta ser la clave para interpretarlos correctamente: representan los planos de una ciudad. Para el que haya leído los cómics de Marvel, la sola idea de que esa puede ser la ciudad de los Inhumanos -ya que el extraterrestre azul parece ser un Kree- es suficiente para sentir un escalofrío.


CAPÍTULO ANTERIOR: A FRACTURED HOUSE

SQMDVV: ARROW -TEMPORADA 3- THE MAGICIAN


THE MAGICIAN (29 OCTUBRE)

Nyssa al Ghul (Katrina Law) de la Liga de los Asesinos amenaza con un arco y una flecha a Oliver Queen (Stephen Amell) para sacarle información sobre su antigua amante, Sara Lance (Caity Lotz). Al enterarse de su muerte, Nyssa adivina que Canario Negro ha muerto asesinada por una flecha. "¿Cómo lo sabes?" le pregunta Oliver, pero Nyssa ya se ha esfumado. La respuesta es sencilla: en el universo Arrow hay un 96% de probabilidades de morir de un flechazo. Por alguna razón, en Starling City casi todo el mundo, buenos y malos, van con arcos y flechas. Lo de las pistolas, al parecer, no les mola.


-AVISO SPOILERS-

En The Magician, a cada escena de acción en la que individuos disfrazados se enzarzan en un combate a muerte le sigue una breve pausa cotidiana en la que esos mismos personajes se sientan a tomar algo en un local de diseño. Esta alternancia es regla general en Arrow y aporta a la serie grandes dosis de humor involuntario. Los guionistas de esta tercera temporada ya no necesitan excusas para hacer avanzar la historia: tras su enfrentamiento con Oliver Queen, Nyssa visita la tumba de Sara y ¡por casualidad! se encuentra con Laurel Lance (Katie Cassidy) que está allí, llorando delante de la lápida de su hermana en mitad de la noche. Todo muy lógico. En la siguiente escena, Nyssa muestra su dolor por la muerte de Sara: pero ver a la actriz Katrina Law intentando llorar es la mejor demostración de que lo suyo es lucir las mallas que tan bien le quedan.




Arrow me gusta -un poco- cuando no intenta ser "seria" ni "dramática". Su vía debería ser la del exceso, como esos diálogos imposibles que suelta con pasión Malcolm Merlyn (John Barrowman) jurando que no mató a Sara y que ama -como padre- a Thea (Willa Holland). O ese momento en el que Malcolm huye de Arrow y es alcanzado en el hombro por una de sus flechas. Merlyn comprueba que el proyectil sólo le ha rozado y sonríe como un loco.


Por último decir que Nyssa al Ghul es la hija de Ra´s al Ghul, uno de los enemigos de Batman más importantes. En Batman Begins (Christopher Nolan, 2005) -AVISO SPOILERS- el personaje fue interpretado Liam Neeson y en la secuela, El caballero oscuro: la leyenda renace (2012), su hija Talia al Ghul era Marion Cotillard. En este capítulo de la serie descubrimos el rostro que interpreta ahora a Ra´s al Ghul: Matt Nable, un exjugador de rugby, lo que puede dar pistas de sus dotes interpretativas. Bienvenido a Arrow.

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