HARVEY DENT (17 NOVIEMBRE)
"Why so serious?" preguntaba el Joker (Heath Ledger) en The Dark Knight (Christopher Nolan, 2008) y la misma pregunta habría que hacérsela al joven Bruce Wayne (David Mazouz) de Gotham. Eres un niño, tus padres no están, tienes todo el dinero del mundo, un mayordomo que te enseña a boxear para pegarle a otros chavales y encima -AVISO SPOILERS- te traen a un bombón como Selina Kyle (Camren Bicondova) a vivir en tu mansión. ¿Por qué tan serio? Que Batman y Catwoman compartan juegos infantiles deja muy claro que Gotham no es la precuela de nada: está construyendo su propia historia de manera independiente a las películas y los cómics. Casi que mejor. Siguiendo esta lógica, quizás no llegaremos a ver engordar al Pingüino (Robin Lord Taylor).
Precisamente este episodio se centra en otro personaje clásico de Batman cuyo origen aquí es ligeramente diferente al de otras versiones. El fiscal Harvey Dent (Nicholas D'Agosto) se convertirá en el desquiciado Dos Caras, que ya fuera interpretado por Billy Dee William en Batman (Tim Burton, 1989), por Tommy Lee Jones en Batman Forever (Joel Schumacher, 1995) y por Aaron Eckhart en la ya citada The Dark Knight. Dent es un nuevo personaje que se implica en la trama del asesinato de los padres de Bruce Wayne -el hecho capital que sostiene todo el universo de Batman- y una de las más interesantes de la serie, a pesar de que ya conocemos su desenlace ¿o no? Por otro lado, tenemos al "villano de la semana", Ian Hargrove (Leslie Odom Jr.) en la trama episódica que suele ser lo más flojo de cada entrega de Gotham. Hay una secuencia en esta historia que refleja una característica que se repite en las adaptaciones de Batman: suelen ambientarse en una época -aunque indeterminada- que evoca a los años 40. Por alguna razón, desde las películas de Tim Burton, Gotham es una ciudad anclada en esa época -la excepción es la trilogía de Christopher Nolan- con edificios y decorados eminentemente art déco, un estilo asociado con el film noir. Que el referente sean los años cuarenta afecta también al tono -inocente- y a una puesta en escena que imita a las películas de la época: Hargrove prepara un paquete bomba que es enviado a los vigilantes de un almacén de municiones. Se trata de una cesta con chocolates y galletas que los guardias reciben sin sospechar "¿Qué más da quién la haya enviado?". Justo después escuchan un "tic tac" que precede a la explosión mortal. En el plano siguiente vemos la portada de un periódico que recoge la noticia del atentado. El niño que es Bruce Wayne lee un periódico impreso en papel ¿en qué época vive? En la nuestra, no.
Lo mejor del episodio es la recuperación -ya era hora- de la trama romántica entre Barbara Kean (Erin Richards) y Renee Montoya (Victoria Cartagena). Olé.
CAPÍTULO ANTERIOR: THE MASK
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