LOVECRAFT (24 DE NOVIEMBRE DE 2014)
Probablemente sea falta de imaginación el que los creativos de la serie Gotham hayan decidido hacer explícita la referencia al autor de La llamada de Cthulhu (1926) -que ya existía en el universo de Batman en el manicomio de Arkham- al bautizar a un personaje directamente como Lovecraft. A mí estas cosas me chirrían. Pero la verdad es que el episodio titulado con su nombre tiene un arranque adrenalínico que no se había visto hasta ahora en Gotham.
-AVISO SPOILERS-
La irrupción de unos violentos desconocidos en la mansión Wayne que culmina con Alfred (Sean Pertwee) gritando "¡Bruce!" es de los mejores momentos que hemos podido ver hasta ahora en la serie. Por un instante se nos pasa por la cabeza la idea de una home invasion movie protagonizada por Bruce (David Mazouz) y Selina (Camren Bicondova) pero enseguida la idea se convierte en otra cosa. Cat sirve de guía para Bruce en su primera aventura en Gotham. El episodio se llama Lovecraft, pero las peripecias de dos niños huérfanos en los bajos fondos recuerdan más a Dickens. A pesar de un espectacular salto entre edificios -en el que queda claro que The Matrix (Andy y Lana Wachowski Brothers, 1999) sigue siendo influyente- la "aventura en la ciudad" debe limitarse a un mercadillo, La pulga, en el que se escucha a los Sex Pistols (bien) y encuentran a la futura Poison Ivy (Clare Foley): descubrimos que su motivación para convertirse en criminal es un espejo de la del propio Bruce. Al menos en Gotham.
Paralelamente, el Pingüino (Robin Lord Taylor) sigue maquinando para manipular a Falcone (John Doman) -que demuestra aquí que no se anda con chiquitas- y a Fish (Jada Pinkett Smith), un personaje que está tardando en dar el salto a los cómics. Impagable su flirteo con Alfred, que en este episodio ha demostrado ser mucho más que un mayordomo.
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