Payoff. Me refiero a lo que recibimos como espectadores al comienzo de este episodio cuando se despejan las dos incógnitas del anterior. Descubrimos qué preparaba Mike (Jonathan Banks) con la manguera y los clavos y lo que pretendía Jimmy (Bob Odenkirk) al falsificar varios documentos de los archivos del banco Mesa Verdad de su hermano Chuck (Michael McKean). Y esto se desvela sin explicaciones, sin recapitular sobre lo ocurrido anteriormente, exigiéndonos una buena memoria. "Que se joda el espectador medio", diría David Simon. El argumento de este episodio se estructura en tramas paralelas protagonizadas por Mike y Jimmy respectivamente. Primero, vemos los resultados de sus trampas. Una es muy física y algo violenta: Mike atraca el camión de helados de los narcos que lleva dos episodios vigilando. La otra es una trampa más intelectual, una argucia legal orquestada por Jimmy para simular un error del bufete de Chuck que ocasiones que su cliente pierda su confianza. En ambos casos se trata de una estrategia del débil contra el gigante. Ambas son grandes victorias aunque no derrotan definitivamente al enemigo. Luego vemos también escenas equivalentes en las que Mike y Jimmy se enfrentan a las sospechas de sus contrincantes. Nacho (Michael Mando) sabe que Mike perpetró el atraco y este ni siquiera lo niega. Pero lo que me parece soberbio de esta serie es cómo consigue situarnos en un relativismo moral que nos lleva a simpatizar con Jimmy cuando Chuck le echa en cara lo que ha hecho. Sabemos que Jimmy es culpable, sabemos que Chuck está más capacitado para llevar el caso que se disputan y que es injusto que lo pierda. Pero estamos del lado de Jimmy. El discurso final de Kim (Rhea Seehorn) a Chuck, en el que defiende a Jimmy, es emocionante. Descubrir luego que Kim sabe que Jimmy es culpable del engaño es muy divertido. Pero todo tiene un precio: luego tenemos que afrontar las consecuencias de las dos trampas. Las que tiene que soportar Mike son muy duras: la muerte de inocentes. Jimmy, en cambio, corre a borrar cualquier evidencia de lo que ha hecho. Y volvemos a estar de su lado. De alguna manera, aunque Chuck es legal, trabajador y ético, lo percibimos como alguien malvado que debe ser derrotado por cualquier medio posible. Jimmy, al que percibimos débil, recibe nuestras simpatías a pesar de su picardía. Entonces entra en juego un elemento muy importante en esta serie y en la anterior Breaking Bad: el azar. Chuck sufre un mareo tras la frustración de ver cómo su hermano se saldrá con la suya. Un mareo que le hace desvanecerse y caer, golpeándose la cabeza en lo que parece un accidente mortal.
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