Siendo el primer crossover entre Supergirl y The Flash absolutamente maravilloso -World´s Finest era algo así como la aventura superheroica perfecta- la idea de reunirles de nuevo era bastante lógica. El atrevimiento de juntarles en un episodio de género musical, parecía una idea simplemente maravillosa. El resultado, sin embargo, ha sido algo decepcionante, quizás, por haber dejado volar demasiado la imaginación sobre lo que podía ser esto, y sobre todo al saber que estaban implicados algunos de los compositores de la fantástica La La Land (2016). Era de esperarse que este capítulo no podía ser un gran musical, con elaboradas coreografías. No pasa nada. Pero sí que se puede alabar la intención de atreverse con algo distinto, de homenajear los musicales clásicos -Cantando bajo la lluvia (1952)- y de ofrecer algo divertido y original. Hay un par de números que no están mal -Put a Little Love in Your Heart- pero en la mayoría los que actores se limitan a cantar, más que a bailar. Eso sí, todos los intérpretes demuestran un talento para la canción que sorprende -al parecer más de uno tiene experiencia en Broadway-. Hay que lamentar, eso sí, una subtrama más superheroica en el "mundo real" -ya que el musical ocurre en la mente de Kara (Melissa Benoist) y Barry (Grant Gustin), en el que el resto de héroes persiguen al antagonista, Music Meister -Darren Criss, de Glee (2010-2015)- que rompe completamente la magia. Lo más atrevido del capítulo es que, cuando Barry vuelve al mundo real, se atreve a cantarle un tema a Iris (Candice Patton) -Runnin' Home To You- con lo que consigue de ella -de nuevo- el "sí quiero".
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