INTO THE SPEED FORCE (14 DE MARZO DE 2017) -AVISO SPOILERS-
La Fuerza de la Velocidad es un concepto acuñado a lo largo de decenas de cómics sobre The Flash, en un intento de dotar al personaje -creado en 1956- de un universo propio, de un sentido -casi religioso- que conectase y dotase de significado a todas las encarnaciones de velocistas -el Flash original de 1940, Kid Flash y villanos como Zoom- en un marco común. Además, por supuesto, de servir de escenario para nuevas aventuras. Esta idea, creada por el guionista Mark Waid en 1994, sería retomada y ampliada por los subsiguientes escritores de las aventuras del velocista escarlata. Pero una adaptación como esta serie parte con la ventaja de tener a su disposición 61 años de historias, personajes, villanos e ideas como esta Fuerza de la Velocidad o una Ciudad Gorila. Así, aquí, Barry Allen (Grant Gustin) emprende una misión para rescatar a Wally West (Keiynan Lonsdale) de la prisión que el primero habría creado en el futuro para el malvado Savitar (Andre Tricoteux). El argumento, sin embargo, evita las escenas de acción y funciona como una suerte de Cuento de Navidad en el que Barry hace de Scrooge, cambiando la avaricia por la culpa que acarrea debido al encarcelamiento de Wally, pero también por las muertes de Eddie Thawne (Rick Cosnett), Ronnie Raymond (Robbie Amell) y Leonard Snart (Wentworth Miller) en las temporadas anteriores. Así, los fantasmas de las Navidades pasada, presente y futura son sustituidos por la propia Fuerza de la Velocidad, que se encarna en estos personajes fallecidos para hablar con Barry y aleccionarle sobre su papel en la vida de los que le rodean. Como he dicho, hay poca acción en un capítulo que se cierra sobre la propia mitología de la serie, con apenas el antagonismo de los fantasmas del tiempo como amenaza y que se resuelve con demasiada facilidad gracias a la aparición de otro velocista, Jay Garrick, el Flash original en más de un sentido, que interpreta John Wesley Shipp: no me cansaré de verle con el casco alado. La subtrama que protagoniza Jessie Quick (Violett Beane), que da un pasito hacia la posible derrota del invencible Savitar, tiene su punto. Los momentos sentimentales, en cambio, parecen algo mecánicos: tanto Barry como Wally se quedan sin novia sin demasiada justificación.
CAPÍTULO ANTERIOR: THE WRATH OF SAVITAR
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