En Come True una joven, Sarah -probable homenaje a la saga de Terminator- que ha huido de su hogar y sufre problemas para dormir, se apunta a un misterioso experimento sobre los trastornos del sueño. Como si David Cronenberg hubiera hecho un spin-off de Pesadilla en Elm Street, esta película es una estimulante y atmosférica cinta de ciencia ficción con elementos de terror fantástico. Obra total de Anthony Scott Burns -escribe, dirige, edita y se encarga de la fotografía- el film se apoya en una estupenda y vulnerable interpretación de Julia Sarah Stone, como la heroína atormentada por oscuras pesadillas que parecen indagar en los terrores primitivos de la psique colectiva de la humanidad. O quizás del alma humana. El tono de la cinta recuerda a Un viaje alucinante al fondo de la mente (1980) y sobre todo a Proyecto Brainstorm (1983), y también a los films de Vincenzo Natali -Splice (2009)- que aparece acreditado como productor ejecutivo. Con una historia no demasiado trabajada -el giro final parece gratuito, aunque mola- Come True se beneficia de una estética muy cuidada y de la banda sonora de sintetizadores ochenteros compuesta por el dúo canadiense Electric Youth -autores del tema A Real Hero que aparece en Drive (2011)- y Pilotpriest.
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