Nada malo puede salir de una obra inspirada en Viaje al centro de la tierra y 20 mil leguas de viaje submarino de Julio Verne y Mundo extraño es pura aventura y sentido de la maravilla. Su inicio remite a eso mismo, a la novela de aventura, a la ficción pulp y al tebeo pre superhéroes. La animación, como siempre en Disney, es apabullante, colorida, con personajes de diseño cartoon, pero texturas y efectos de luz hiperrealistas. Un entretenimiento perfecto para toda la familia, al que le falta, sen mi opinión, un punto de verdadera inspiración para convertirse en uno de esos favoritos que se ven en casa una y otra vez. Y es que últimamente Disney antepone el mensaje a la forma. En Mundo extraño la aventura es una mera excusa para presentar un conflicto familiar entre padres e hijos que enfrenta a tres generaciones. La primera, representada por el espíritu explorador que busca expandir sin descanso las fronteras, es el aventurero con la voz de Dennis Quaid, la segunda es la pragmática, que busca el bienestar a pesar del coste ecológico -ese granjero con voz de Jake Gyllenhaal- y por último, una tercera generación, más tolerante y abierta, que solo busca el equilibrio. Personalmente tengo que afearle a la película que se preocupe menos de entretenernos con la aventura, que de dejar claro estos temas y que incluso se moleste en crear una secuencia, cuando abuelo, padre, e hijo participan en un juego de mesa, para dejar su mensaje diáfanamente claro -incluida la ausencia de villano en el relato-. La idea de la culpa que lleva sobre sus hombros la generación anterior por el mundo que le va a dejar a los jóvenes está muy presente en Disney desde Frozen 2 (2019), pasando por Raya y el último dragón (2021) y hasta esta Mundo extraño, pero quizás su exponente más pulido y exitoso sigue siendo Encanto (2021), que sí consigue trascender su subtexto a fuerza de carisma y música.
MUNDO EXTRAÑO -PECADOS DE NUESTROS PADRES
Nada malo puede salir de una obra inspirada en Viaje al centro de la tierra y 20 mil leguas de viaje submarino de Julio Verne y Mundo extraño es pura aventura y sentido de la maravilla. Su inicio remite a eso mismo, a la novela de aventura, a la ficción pulp y al tebeo pre superhéroes. La animación, como siempre en Disney, es apabullante, colorida, con personajes de diseño cartoon, pero texturas y efectos de luz hiperrealistas. Un entretenimiento perfecto para toda la familia, al que le falta, sen mi opinión, un punto de verdadera inspiración para convertirse en uno de esos favoritos que se ven en casa una y otra vez. Y es que últimamente Disney antepone el mensaje a la forma. En Mundo extraño la aventura es una mera excusa para presentar un conflicto familiar entre padres e hijos que enfrenta a tres generaciones. La primera, representada por el espíritu explorador que busca expandir sin descanso las fronteras, es el aventurero con la voz de Dennis Quaid, la segunda es la pragmática, que busca el bienestar a pesar del coste ecológico -ese granjero con voz de Jake Gyllenhaal- y por último, una tercera generación, más tolerante y abierta, que solo busca el equilibrio. Personalmente tengo que afearle a la película que se preocupe menos de entretenernos con la aventura, que de dejar claro estos temas y que incluso se moleste en crear una secuencia, cuando abuelo, padre, e hijo participan en un juego de mesa, para dejar su mensaje diáfanamente claro -incluida la ausencia de villano en el relato-. La idea de la culpa que lleva sobre sus hombros la generación anterior por el mundo que le va a dejar a los jóvenes está muy presente en Disney desde Frozen 2 (2019), pasando por Raya y el último dragón (2021) y hasta esta Mundo extraño, pero quizás su exponente más pulido y exitoso sigue siendo Encanto (2021), que sí consigue trascender su subtexto a fuerza de carisma y música.
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