La continuación de la admirada Spider-Man: Un nuevo Universo (2018) no defrauda y vuelve a apoyarse en dos cualidades principales: su fantástica animación y su capacidad de captar la esencia del personaje principal. Dicho esto, Spider-Man: Cruzando el multiverso es un film con cierta capacidad de riesgo. Era fácil apostar por la espectacularidad de las batallas entre el héroe trepamuros y su interminable lista de carismáticos villanos, pero el guión de Phil Lord, Christopher Miller y Dave Callaham prefiere centrarse en la humanidad de los personajes, especialmente de Miles Morales (Shameik Moore) y Gwen Stacy (Hailee Steinfeld). Hay aparatosas escenas cataclísmicas, vertiginosas persecuciones y coreográficas peleas, pero lo importante son los problemas personales de los héroes en sus identidades secretas: el tránsito de la adolescencia a la vida adulta, las relaciones familiares y la brecha generacional, la responsabilidad de sus acciones y, claro, encontrar el amor. Si a eso añadimos supervillanos y amenazas cósmicas, tenemos una historia dramática como le gustaba a Stan Lee. Es la esencia del personaje de Peter Parker, un tipo normal con problemas con los que todos nos podemos identificar, pero que vive aventuras fantásticas con las que todos podemos soñar. Los guionistas saben muy bien cómo construir una historia clásica de Peter Parker, sin necesidad de utilizar al personaje directamente y con ello consiguen divertirnos y emocionarnos. Con un tono más oscuro que la primera parte, y un apocalipsis acercándose sin que parezca que haya posibilidad de evitarlo, la película se atreve a proponer como escenas clave las conversaciones entre los personajes, que se animan -nunca mejor dicho- con un lenguaje visual expresivo en el que se explotan todos los recursos posibles del cine. En la película, además de las referencias argumentales a todos los Spider-Man de los cómics, del cine, de los videojuegos -y alguno más que debe ser de nuevo cuño-, conviven diferentes estilos artísticos, apropiándose del lenguaje del videoclip, del graffitti, del arte moderno o de las redes sociales. Visualmente, Spider-Man: Cruzando el multiverso es apabullante y una experiencia que nadie debería perderse en cines.
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