THE MARVELS -HEROÍNAS INTERCAMBIABLES


The Marvels
(2023) llega a los cines -y luego a Disney Plus- con la papeleta de tener que llenar las expectativas de un público que sigue sin recuperarse del acontecimiento que fue Vengadores: Endgame (2019). Pero es que es mucho pedir. Aquella película fue la afortunada culminación de una inabarcable serie de personajes, argumentos e ideas, iniciados con Iron Man (2008), que encontraban un desenlace espectacular y satisfactorio en un evento memorable. Ya nadie se acuerda de cómo fueron recibidas las películas anteriores, de éxito crítico, artístico y de taquilla, más bien irregular. Ahora, las nuevas películas y series de Marvel Studios están construyendo, de nuevo, una posible macro-historia que nos lleve a una hipotético gran acontecimiento en los años venideros, pero con la desventaja de no contar con el factor sorpresa, ni con los grandes personajes de la casa -Hulk, Thor, Capitán América, Iron Man-, retirados de la primera fila. Así, cada película Marvel no es más que un nuevo ladrillo en una pared que apenas empezamos a distinguir, pero que, en sí misma, no resulta demasiado satisfactoria. Como los capítulos de una serie o, como comic-books de 24 páginas, siempre marcados por el antes y prometiendo un mejor después. En el caso de The Marvels, ese antes exige, nada menos, haber visto Capitana Marvel (2019), Bruja escarlata y Visión (2021) y Ms. Marvel (2022) -una película y dos series- principalmente, y, en menor medida, la mencionada Vengadores: Endgame y la serie Invasión secreta (2023). Pero nada de eso es realmente necesario. Estamos ante una aventura espacial, de corte femenino, feminista y juvenil, sin ninguna pretensión, que enfrenta a tres superheroínas -Capitana Marvel (Brie Larson), Ms. Marvel (Iman Vellani) y Mónica Rambeau (Teyonah Paris)- a una nueva amenaza de los alienígenas Kree, Dar-Benn (Zawe Ashton). No hay más. Marvel ha buscado a una directora prometedora -Nia DaCosta, responsable del estupendo remake de Candyman (2021)- y se apoya de nuevo en sus acostumbradas escenas de acción y efectos especiales para dar espectáculo. El argumento, la verdad, me parece poco inspirado y con algunos elementos inconexos que se quedan inexplicados. Pero The Marvels tiene a su favor la complicidad entre sus tres personajes principales -tienen química- e ideas sugerentes, como la coreografía -y el montaje- que provoca que cuando las superheroínas usan sus poderes intercambien sus lugares. Y seguramente, los mejores momentos de la película son los menos esperados: ese planeta en el que todos hablan cantando -que parece reírse de los musicales de las princesas Disney-, y la divertida secuencia de los ‘gatos’. Lo dicho, The Marvels no es más que otra entrega de un serial infinito, que como entretenimiento familiar cumple sin más.

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