DOGMAN -EL PEOR AMIGO DEL HOMBRE




En Dogman, Matteo Garrone, vuelve a dibujar una Italia -¿Una Europa?- marginal, de extrarradio, ajena a la modernidad de las grandes capitales del primer mundo. Como en su opera prima, Gomorra (2008) y en la posterior Reality (2012), Garrone describe una sociedad intelectual y culturalmente pobre, de chándal, de motos, de trapicheo, de telerrealidad y música makinera.  En ese ambiente encontramos a Marcello, interpretado por un Marcello Fonte que tiene un rostro que parece salido del neorrealismo italiano. Su interpretación es tan verdadera, que no le imaginamos haciendo otra cosa. Fue el mejor actor en el pasadFestival de Cannes. Marcello -el personaje- es un pobre diablo que lucha por sobrevivir y cuya humanidad se desborda cuando está en presencia de su hija, o de los perros que atiende en su modesto negocio. El resto de la fauna humana que presenta Garrone es desolador. Empresarios de poca monta que se aprovechan de las debilidades humanas. En el barrio de Marcello solo hay  negocios relacionados con el vicio: apuestas, prostitución, un compro oro, y detrás de las fachadas de estos, drogas. La cara más fea del capitalismo. Este barrio parece ser al mismo tiempo realista y simbólico: aislado, estéticamente concreto como un escenario teatral, pero con una playa de fondo que invita a pensar en el infinito. En que existe una salida y un mundo fuera. El único escape de Marcello es, precisamente, el fondo marino: cuando consigue ahorrar algo de dinero para realizar cursos de submarinismo con su hija. El otro personaje de la historia es Simoncino -un transformado Edoardo Pesce- auténtica bestia parda o, como le describen en la película, un perro rabioso. La relación entre estos dos personajes marca la cinta, que se convierte en un ejercicio de tensión tremendo entre ambos. Creo que Garrone habla de débiles y fuertes, en un ecosistema cerrado en el que no están los verdaderos privilegiados. Incluso entre los marginados, antes que solidaridad, encontramos lucha, egoísmo y mezquindad. La ley del más fuerte en una cinta de mensaje desolador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario