JESSICA JONES -TERCERA TEMPORADA -EL FINAL


La show runner Melissa Rosenberg se despide de Jessica Jones con una tercera temporada que comienza con un episodio -A.K.A The Perfect Burger- en el que nos muestra claramente la esencia del personaje. Primero, estamos ante una conjunción del cine negro clásico -Jessica (Krysten Ritter) es una detective privada alcohólica que se enfrenta a casos criminales- y la narrativa del superhéroe -nuestra protagonista femenina -y feminista- posee superfuerza-. El universo moralmente gris y pesimista de los detectives choca con el de los justicieros disfrazados -como el Capitán América- y su obsesión por hacer el 'bien'. Este concepto, precisamente, es el que se pone en duda tanto en la serie como en el interior de Jessica. Su conflicto es que ya no cree que sea posible arreglar el mundo. Cuando Batman captura a un ladrón de bancos o Los Vengadores evitan una invasión extraterrestre, el mal parece estar claramente delimitado. Pero cuando Jessica recupera a una menor secuestrada por su propio padre tras un conflictivo divorcio ¿Cómo saber cuál de los progenitores tiene la razón? ¿Qué es lo mejor para la menor cuya custodia se disputan? Este primer episodio explora esta disyuntiva moral a través de varios personajes. Además de Jessica, la abogada Jeri Hogarth (Carrie Anne Moss) se enfrenta a la muerte y también parece querer 'hacer el bien', aunque enseguida descubrimos que sigue siendo tan egoísta como siempre  y que su verdadero objetivo es un viejo amor, Kith Lyonne (Sarita Choudhury). El exdrogadicto Malcolm Ducasse (Eka Darville) tiene serias dudas sobre la ética de su trabajo como detective de Hogarth y decide, de hecho, saltarse las leyes para hacer lo que él considera correcto -ese conflicto con el jugador de béisbol-. Por último, Trish Walker (Rachael Taylor), aparece convertida ya en una justiciera que actúa a espaldas de todos, incluso de su madre, Dorothy (Rebecca de Mornay), y de la propia Jessica. Todo esto se plantea en el primer capítulo y además se apuntan temas como la eutanasia, Jessica ejerce de nuevo su sexualidad como le da la gana y, por supuesto, aparece un nuevo peligro. 8/10

A.K.A Your Welcome reincide en el tema de la búsqueda de la identidad personal, de expiar culpas del pasado, a través de 'hacer el bien'. En este segundo episodio, por primera vez, el punto de vista no es el de Jessica Jones, sino el de su mejor amiga y hermana, Trish Walker -en los cómics, Gata Infernal, a cuyo disfraz original se hace un guiño aquí-. Trish vive un origen superheroico en toda regla: descubre sus poderes, entrena, confecciona un traje para proteger su identidad secreta -recordemos que es famosa-, busca una tapadera para su actividad justiciera -una teletienda desde la que lanza mensajes feministas a las consumistas amas de casa que la ven- y se embarca en una primera misión decididamente feminista: detener a un violador que droga a sus víctimas con escopolamina. Todo esto se conjuga en un episodio francamente divertido, que trabaja sobre uno de los puntos fuertes de la serie: el retrato de la amistad -femenina- entre Jessica y Trish, que siempre me ha parecido profundo y entrañable. 8/10


A.K.A I Have No Spleen sigue desarrollando a los cuatro personajes principales, enfrentados, como ya hemos dicho, al peso de sus acciones. Trish duda sobre el éxito que tiene en su programa de teletienda, no se siente orgullosa de su capacidad para convencer a sus espectadoras para que compren sus productos. Su concepto de lo que significa ser un héroe la llevará a chocar de nuevo con Jessica. Paralelamente, Malcolm obedece las órdenes de Hogarth para dejar al descubierto los pecados del marido de Kith. No por casualidad se trata de un profesor de ética, con el que Malcolm se desahoga sobre el relativismo moral. Precisamente, lo que Hogarth cree que son pecados -las infidelidades de ambas partes de la pareja que busca romper, de Kith y su marido, no son tales si ellos no los consideran así. Pero la trama principal es interesante y feminista. Jessica Jones es una superheroína, fuerte, independiente, una 'tía dura' que aquí descubre, por primera vez, que no es imparable, ni invencible -tras sufrir una puñalada en capítulos anteriores-. Jessica descubre lo que significa ser una 'víctima' y se rebela contra todos los que quieren 'protegerla'. 8/10

Encuentro muy interesante cómo este capítulo, A.K.A Customer Service Is Standing By, desarrolla el tema de lo heroico, de qué es lo correcto, sin dejar de plantear una historia entretenida y con acción. Jessica quiere vengarse del hombre que le apuñaló, sin más. Pero para dar con el culpable se ve prácticamente obligada a detener a un pedófilo y a una oficinista corrupta. Ella misma reconoce que es lo más heroico que ha hecho en meses. Complementariamente descubrimos que su ligue, Erik  (Benjamin Walker) no es el hombre perfecto, sino un ludópata que acarrea deudas con mafias y chantajea a personas con vidas en ocultas. Precisamente el súperpoder de Erik viene muy a cuento: es capaz de sentir si una persona es buena o mala. Quizás por eso su filosofía de vida es que ayudar, ser heroico, no servirá de nada. Siempre existirá el mal. En este relativismo moral, cabe preguntarse si hacer algo tan cuestionable como chantajear a personas verdaderamente malvadas, puede estar 'bien'. Trish se enfrenta también a un dilema similar: en su empeño por ser una heroína causa una posible muerte, aunque sea la de una mafiosa ¿se puede hacer el mal haciendo el bien? ¿Es mejor no hacer nada como predica Erik? Paralelamente, la trama que comparten Malcolm y Hogarth tiene mucho que ver con estos temas. Sobre todo con el lado oculto de las personas: Malcolm descubre un pecado verdaderamente imperdonable por parte del marido de Kith ¿Se justifica entonces que la abogada destruya ese matrimonio por amor, o más bien, por el deseo egoísta de quedarse con Kith? Y es muy divertido cómo Malcolm y su pareja, Zaya, se ven obligados a tener secretos el uno para el otro tras haber firmado una cláusula de confidencialidad en el bufete para el que ambos trabajan. Por todo esto es coherente que el gran enemigo a batir, que se desvela aquí, sea la máxima personificación del mal, el psicópata asesino en serie, Gregory Sallinger (Jeremy Bobb). 8/10

A.K.A I Wish, se ocupa de las consecuencias de los conflictos ya planteados. Jessica y Trish se reconcilian -más o menos- y comienzan a vigilar a Sallinger: eso significa asomarse al abismo, al 'bad guy' por antonomasia, como dice la propia Jessica, aunque ella no se considere una heroína ni remotamente. Perseguir a un asesino en serie significa descender a los infiernos, como expresa visualmente el cuarto oscuro iluminado de rojo donde el asesino revela las fotos de sus víctimas o el depósito en el que Sallinger esconde los cadáveres y en el que Jessica casi se queda atrapada. Significa también descubrir secretos de los personajes implicados, como la hermana drogadicta y prostituta de Erik, Brianna o Berry (Jamie Neumann), a la que el asesino psicópata amenaza. Por otro lado, otro infierno se desata cuando Malcolm, siguiendo las órdenes de Jeri Hogarth expone los pecados del profesor Peter Lyonne (John Benjamin Hickey) provocando que Kith rompa con él, pero también sumiéndole en un estado de desesperación que le llevará al suicidio -el rojo vuelve a aparecer en la sangre qué tiñe el agua de su bañera- eso sí, arruinando con tal acción la reputación de la abogada, en un episodio muy oscuro. 7/10

A.K.A Sorry Face pone a prueba a los personajes. Empezando por Jessica Jones, que no consigue sentirse una heroína, a pesar de haber conseguido la detención del peligroso asesino en serie y de las felicitaciones del detective Eddy Costa (John Ventimiglia). El psicópata demuestra ser más inteligente que todos y consigue salir libre, lo que pone de manifiesto la esencia de la idea del superhéroe: la necesidad individualista de hacer 'justicia' cuando falla el sistema y las leyes. Trish cree necesario actuar, pero Jessica prefiere actuar dentro de los límites legales, quizás para demostrarle al asesino que hay una diferencia entre 'buenos' y 'malos'. Es divertido cómo Trish dice constantemente frases que Jessica entiende como clichés de comic book, en su intento de ser la sidekick de esta. Como Robin a Batman. Quizás para darle una lección de realidad, Jessica obliga a Trish a 'salir del armario' delante de su madre, lo que lleva a un emotivo momento entre las dos mujeres, en el que afloran los traumas de una infancia que agregan capas psicológicas a su necesidad de ser una superheroína. Jessica es escéptica y pesimista, pero su heroicidad se comprueba cuando Erik -capaz de reaccionar físicamente a la bondad y a la maldad- le asegura que tiene un efecto analgésico en él. Por el contrario, cuando el psicópata Sallinger descubre el efecto que tiene su maldad en Erik, descubrimos que incluso un asesino en serie puede justificarse y que no se ve como una mala persona. ¿Es mala la abogada Jeri Hogarth? Es imposible no apiadarse de ella cuando intenta acercarse a Kith y es agredida por el dolido hijo de esta. Todos los personajes en la serie tienen sombras, zonas grises, y sus motivaciones pueden ser comprendidas dependiendo de las circunstancias. Lo mismo ocurre con Malcolm, que se venga violentamente del proxeneta de Berry y luego se deja 'consolar' por ella, cometiendo una clara infidelidad. 8/10


A.K.A The Double Half-Wappinger. Hay quien opina que el psicópata puede ser un salto evolutivo, un escalón superior del ser humano que se convierte en depredador para el resto de sus congéneres, al liberarse de ataduras morales. Precisamente, Sallinger siente rencor hacia la figura del superhéroe, que se cree superior y cuyas habilidades metahumanas le parece que son 'hacer trampa'. La figura de Sallinger polariza al resto de personajes: por un lado, Jessica Jones y Trish se dedican a combatirle. Pero sorprendentemente, Jeri Hogarth decide representarle. Esto permite establecer diferencias entre la maldad pura del psicópata, y la falta de escrúpulos de la abogada. No son exactamente lo mismo, como comprobamos cuando se enfrentan por llevar las riendas del caso judicial. Jeri, además, tiene de su parte a su asistente, Zaya (Tiffani Mack). Entre medias, el novio de esta, Malcolm, debe elegir qué es lo correcto y decide que, evidentemente, ayudar a un asesino en serie muy bueno no es. Hay dos escenas potentes en este capítulo: cuando Jessica desentierra el cuerpo de la primera víctima de Sallinger, delante de sus desesperados padres, y a pesar de la oposición de la madre y de la sheriff del pueblo. Jessica hace el 'bien' a pesar de la desconfianza y el rechazo con el que la trata casi todo el mundo. Pero es que a Jessica no le importa lo que piensen los demás. La otra escena clave enfrenta a Jessica y a Sallinger en un combate de lucha libre en el que ella debe respetar las reglas de este deporte para no aprovecharse de su superfuerza. Pero Jessica barre completamente a Sallinger, en un momento en el que se mezcla la euforia de la victoria de nuestra protagonista, con una incómoda piedad hacia el derrotado, que no deja de ser un cruel asesino. 9/10

A.K.A. Camera Friendly. Tras plantear los conflictos de los personajes, y los temas de la temporada, el argumento enfrenta a cada personaje con un dilema -moral-. Jessica y Trish intentan capturar a Sallinger, en arresto domiciliario, pero este consigue jugar con ellas, amenazando con matar a alguien y planteando un acertijo. Todo en el más puro estilo del psicópata cinematográfico, o de un villano de Batman, que pone a prueba al héroe, pensemos, por ejemplo, en el Joker. Hay otro juego, paralelo, el del 'relato' que hay que construir de cara a la opinión pública. Sallinger quiere dejar en mal sitio a los superhéroes, la abogada Jeri Hogarth quiere aparecer como una profesional competente ante sus clientes, el detective Costa debe convencer a sus jefes para obtener los permisos necesarios para apresar al asesino, Zaya manipula un vídeo -en plan fake news- para exculpar a Malcolm. Ser un héroe o un villano es tan importante como parecerlo: Jessica ofrece una entrevista televisiva para obligar a la policía a actuar, Trish se deja ver en televisión como una superheroína. Su madre, (Rebecca De Mornay) intenta controlar la imagen de Jessica y Trish en los medios, pero acabará siendo una víctima del juego, más real, que propone Sallinger. Su intención al cobrarse la vida de ella es manipular a Jessica y a Trish para que se conviertan en lo que él es, en un planteamiento muy similar al desenlace de Seven que lleva a un cliffhanger irresistible. 8/10

A.K.A I did Something Today afronta las consecuencias de lo que hemos visto en el episodio anterior. La sorpresa es que a Trish no le ha hecho falta matar a Sallinger para convertirse en una 'villana'. Ella le perdona la vida al asesino en serie, pero se ve igualmente perjudicada ante la amenaza de este de desvelar su identidad secreta. Ante el relato creado de que los superhéroes son peligrosos, semejante revelación sería el fin de Trish. Para evitarlo, Jessica debe tomar, una vez más, una decisión moral: salvar a su amiga a costa de dejar libre al asesino. Una vez más, las circunstancias personales propician que Jessica se salte las reglas. Las consecuencias son curiosas, porque su esfuerzo no sirve de nada: el detective Costa es suspendido por relacionarse con superhéroes y la identidad de Trish está en peligro de todas formas porque Jeri Hogarth ha conseguido descubrirla. Jeri, paradójicamente, actúa sin atender a la moral ni a la ética, pero poco a poco va consiguiendo sus objetivos. Parece haber recuperado el amor de Kith y consigue imponer su 'relato' sobre los superhéroes. La serie se vuelve, moralmente, cada vez más gris: el policía Nussbaumer es corrupto, pero condecorado, y ayuda a Jessica a destruir pruebas. Jessica ha hecho algo ilegal, pero pide a Erik que use sus poderes para comprobar si su percepción sobre su 'bondad' ha cambiado, tras dejar libre a un asesino. 7/10

D
e forma algo forzada, A.K.A Hero Pantsintroduce una nueva serie de asesinatos, empezando por el del policía corrupto Nussbaumer, del que culpan a la propia Jessica. Esta nueva trama, seguramente mal introducida, lleva de nuevo al conflicto central de la temporada, el de la definición  de heroísmo o como el 'bien' y el 'mal' se convierten en conceptos relativos, dependiendo de las circunstancias. Jessica ha intentado ocultar pruebas para exculpar a su hermana por la agresión a Sallinger. Aquello se justificaba no solo por el lazo afectivo con Trish, sino porque la víctima es un asesino en serie. Algo similar ocurre cuando Kith acepta finalmente que Jeri Hogarth actúe, de forma poco ética, contras sus enemigos, que encima no son más que víctimas de la estafa de su marido. Aún así, Jeri pretende dejar de defender a Sallinger y lavar su conciencia representando de nuevo a Trish. Paralelamente, Malcolm ha dejado precisamente a Jeri por estas prácticas, con las que no se sentía a gusto, pero ahora le vemos -un poco inexplicablemente- siéndole infiel, de nuevo a su pareja. Todo esto nos lleva a Trish, personaje supuestamente heroico, por el que Jessica se arriesga, al que Jeri quiere ayudar, al que Malcolm vuelve en un esfuerzo de seguir el camino recto. El problema es que la última imagen del episodio nos muestra a Trish destrozando a una nueva víctima, convertida en una auténtica gata infernal. 7/10

A.K.A. Hellcat. Lamentablemente, Trish se ha convertido en la asesina desalmada que parecía. Digo tristemente porque un enfrentamiento entre Trish y Jessica, tras cómo se había presentado su amistad durante la serie, es algo triste, un golpe de efecto, quizás, innecesario para causar un shock en el espectador: ¿A alguien le recuerda este giro a cierta madre de los dragones? Pero también es cierto que la idea es absolutamente coherente con los temas planteados esta temporada. Este capítulo vuelve a centrarse en Trish: era necesario apartarse del punto de vista de Jessica para mostrarnos el engaño. Trish y Erik han estado trabajando juntos para hacer justicia, primero, y tras la muerte accidental del policía corrupto, para evitar que Jessica sea incriminada. Unos flashbacks de la infancia de Trish reinciden en la temática del heroísmo y sirven de homenaje al personaje desaparecido de su madre. Esas escenas del pasado nos muestran cómo siendo una niña aprendió de su madre a saltarse las reglas. Que el fin justifica los medios. Ayudada por su madre, Trish logró el éxito como estrella infantil colándose en los castings y manipulando a los demás con su imagen angelical. Ahora, como superheroína, aprovecha los poderes de Erik para detectar a los criminales que se han escapado de la ley por los fallos del sistema. Y matarlos. 7/10

A.K.A.  A lot a worms. Este episodio es el último esfuerzo de Jessica Jones por evita la caída de Trish en el lado oscuro. Obviamente, no lo consigue, por lo que el episodio sirve para preparar un gran enfrentamiento final entre las dos hermanas. Ella no se ha vuelto una villana, sino que cree estar haciendo lo correcto. El episodio sirve para desnudar a los personajes en el contexto del tema central de la temporada, el heroísmo, el bien, el mal, lo justo y lo legal. Descubrimos, por las confrontaciones entre los propios personajes, que lo que los mueve es la culpa. Trish quiere ser una heroína, cambiar las cosas, para enmendar el mal que la obligó a hacer su madre, pero también para complacerla, como cualquier niña. Jessica, a pesar de su fachada de tía dura y descreída, quiere ser una heroína para que la muerte de sus padres no haya sido en vano, como desvela Sallinger en una escena estupenda. El asesino en serie, por otra parte, se ha inventado un complejo código moral para justificar lo que hace y para ocultar que siente placer con sus asesinatos y que es el mal puro. Malcolm sigue viéndose a sí mismo como un adicto y ante la presión de ser lo que su novia cree que es, un tío valioso y recto, prefiere dejarla y ponerle los cuernos. Erik, a pesar de su escepticismo, disfruta con la idea de que sus dolores de cabeza disminuyen porque está haciendo el bien, y de que puede sentirse un poco héroe. Por último, Jeri Hogarth es, sobre todo, una superviviente, que puede hacer lo que sea con tal de seguir con vida. Por eso teme la amenaza de Trish. Todo esto ocurre mientras el guión se las arregla para sorprendernos con el juego del gato y él ratón entre Jessica y Sallinger. El desenlace marca el punto de no retorno para Trish. 7/10

A.K.A. Everything. Jessica Jones se despide para siempre con un episodio que reincide en los temas ya mencionados. Nos han hablado de heroísmo pero también de lo importante que es la percepción de los demás para decidir quién es heroico y quién, no. Eso que ahora llaman el 'relato'. Para vencer, Jessica necesita que la opinión pública perciba a Trish como una villana para poder capturarla: por eso lanza a las redes un vídeo desvelando su identidad. Tras esto, detenerla es relativamente fácil, justo cuando Trish se preparaba para una nueva vida, a la que accedería simbólicamente escondiéndose en un ataúd, como una resurrección. Una vez apresada, Trish, trágicamente, se da cuenta de que ella es 'la mala' en esta historia. Por el contrario, Jessica Jones aparece en las portadas de los periódicos con el titular de 'heroína'. ¿Pero se lo cree ella? La gran villana de la función, Jeri Hogarth, consigue todos sus propósitos, menos el más importante, ser percibida como una heroína por el ser amado, Kith. Malcom debe enfrentarse al reproche de su exnovia, Zaya, en una breve escena: ella se siente engañada, él quiere huir de las expectativas. Por último, Erik se lleva una decepción cuando es rechazado por Jessica, que, fríamente, le dice que no confía en él. Luego descubrimos que no es cierto y que Jessica le ha emparejado con el detective Costa para que, con el tiempo, se convierta también en un héroe. Al final, Jessica ha hecho lo correcto -como le aconseja Luke Cage en una aparición sorpresa- hace el sacrificio más doloroso al separarse, de nuevo, de un ser querido, y deja abierto un futuro en el que, adivinamos, no podrá evitar seguir ayudando a los demás. El guiño final a Killgrave (David Tennant) nos recuerda que tras una estupenda primera temporada, la ausencia de ese gran villano ha pesado demasiado. A pesar del carisma de Krysten Ritter, Jessica Jones se despide con una tercera entrega estupenda, pero sin el brillo de aquella. 7/10

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