LOS CRÍMENES DE LA ACADEMIA -EL CORAZÓN DELATOR


Con el perezoso y genérico título de Los crímenes de la academia se estrena en Netflix The Pale Blue Eye, nueva película del director Scott Cooper, quien estuviera detrás de la estupenda Black Mass (2015), protagonizada por Johnny Depp. Aquí, Scott se sirve de una estrella como Christian Bale, actor que siempre llena la pantalla y resulta interesante de ver, en el papel del atormentado detective Augustus Landor -creación literaria de Louis Bayard- cuyos servicios son solicitados en una academia militar para resolver un misterioso y sangriento crimen. El investigador reclutará a uno de los cadetes, nada menos que Edgar Allan Poe, interpretado por el peculiar Harry Melling, para ayudarle en el caso. El arranque del relato es prometedor y pronto estamos metidos en la historia, que se presenta como un whodunit en el que los sospechosos se van presentando uno detrás de otro, haciendo gala de un reparto muy interesante: Timothy Spall, Toby Jones, Simon McBurney, Charlotte Gainsbourg, Gillian Anderson y jóvenes como Lucy Boynton, Charlie Tahan y Fred Hechinger, además de un veterano legendario como Robert Duvall. Un reparto de lujo, lamentablemente desperdiciado porque este tipo de historias se apoyan antes en la trama, en las revelaciones y los giros sorpresa, que en el desarrollo de personajes. El uso de la figura de Poe es más que pertinente, ya que el autor es considerado el precedente directo de las novelas policíacas, pero el desarrollo de la investigación pierde interés al no proponer ninguna idea de fondo más allá de temas como la muerte, la pérdida y la venganza. La resolución es sorprendente, pero creo que insatisfactoria en una película que cuenta, como ya he dicho, con grandes actores y un cuidado diseño de producción para recrear el siglo XIX en Estados Unidos, pero que parece una oportunidad perdida.

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