Hay una idea inesperadamente cruel en este episodio de The Walking Dead. Glenn (Steven Yeun), uno de los personajes con más recorrido en la serie -creo que también uno de los más queridos- murió en un capítulo anterior, titulado Thank You. Esto lo sabemos los espectadores, pero no su pareja sentimental, Maggie (Lauren Cohan) que ha permanecido en el vecindario-refugio de Alexandria mientras Glenn salía en una peligrosa misión para salvar a la comunidad. Cuando el líder de dicha misión, Rick (Andrew Lincoln), vuelve sin noticias de Glenn, Maggie decide salir a buscarle. Pero casi enseguida desiste. Llega a la conclusión de que debe haber muerto o de que nunca le encontrará. Como si intuyera el destino del padre de su futuro hijo. Lo verdaderamente cruel es que la trama tiene todavía un giro más en el que Maggie -apoyada por Aaron (Ross Marquand)- recupera la esperanza de que Glenn regrese y acaba borrando el nombre de su amado de la valla que rinde homenaje a los desaparecidos. Los espectadores sabemos que Maggie -que a estas alturas de la serie ha perdido ya a toda su familia- mantiene una ilusión vana. Los guionistas, se demuestra aquí, son malas personas.
Maggie seguirá esperando al final de un capítulo titulado acertadamente "Ahora". Los personajes de Alexandria no saben qué ha pasado fuera, si sus compañeros han tenido éxito en su misión, ni si han sobrevivido. Deben decidir entre rendirse, esperar o seguir luchando para sobrevivir. TWD suele dedicar más de una entrega cada temporada a estos conflictos y muchas veces se fija demasiado en los problemas existenciales de los personajes, descuidando la acción física y por tanto el aspecto visual de cada entrega. Aquí, sin embargo, consiguen un cierto equilibrio mezclando subtramas personales de los vecinos de Alexandria, que se ven obligados a endurecerse para sobrevivir. La que primero asume la situación es Jessie (Alexandra Breckenridge), autora de la frase que da título al episodio, que podemos traducir libremente como un "esto es lo que hay". Justo después, Jessie está preparada para comenzar su predecible romance con Rick. Otros personajes también dan un paso al frente, como Spencer (Austin Nichols), Denise (Merrit Wever) y sobre todo Deanna (Tovah Feldshuh) que asume por fin su liderazgo matando a un zombie. La verdad es que su evolución ha resultado algo forzada. Por lo demás, hay en este capítulo algún momento -que agradezco- de terror, como el encuentro en el alcantarillado con un par de zombies deshechos que me han recordado al muerto derretido de la estupenda El regreso de los muertos vivientes (Dan O'Bannon, 1985).
CAPÍTULO ANTERIOR: HERE´S NOT HERE
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