HEADS UP (22 DE NOVIEMBRE DE 2015) -AVISO SPOILERS-
Vale. Glenn (Steven Yeun) no estaba muerto. Está bien que nos engañen y que nos dejemos engañar. El truco ha sido un poco tramposo, pero al menos se lo han currado para hacernos creer que las tripas que sacan los zombies eran de Glenn y no de Nicholas (Michael Traynor). Que nos cae peor. Todo esto es divertido. Hemos pasado tres semanas pensando y dándole vueltas al tema. Genial. Ahora bien, pasado el trámite de la sorpresa inicial, hay que lamentar que estamos ante otro de esos episodios "contemplativos" en los que básicamente no pasa nada. The Boring Dead. Los protagonistas hablan de lo que hay que hacer para sobrevivir; Rick (Andrew Lincoln) quiere tomar decisiones pero no se fía de los habitantes de Alexandria; Morgan (Lennie James) no quiere matar y no sabe qué es lo correcto; Deanna (Tovah Feldshuh) es optimista y ya piensa en el futuro; y Rosita (Christian Serratos) entrena a los que no saben manejar un arma; resumiendo: todos esperan a que pase algo. Nosotros también. Hay una escena de tensión cuando Spencer (Austin Nichols) está cerca de palmarla... pero poco más. Lo más interesante es que Glenn emprende la vuelta a casa y en el camino busca convencer a Enid (Katelyn Nacon) de que el individualismo no es la forma idónea de sobrevivir. Recordemos que, si en un principio le creímos muerto, fue porque arriesgó su vida para salvar al cobarde de Nicholas. Está visto que Glenn -un buenazo- tiene una fe inquebrantable en la Humanidad. La señal de su regreso -unos globos verdes- coincide con el otro hecho importante del capítulo: la torre que usaban para vigilar se desploma cargándose la valla que protegía Alexandria de los zombies en el exterior. Por fin ocurre algo. Aunque sea para hacer inútil todo lo que hemos visto en este episodio.
CAPÍTULO ANTERIOR: ALWAYS ACCOUNTABLE
No hay comentarios:
Publicar un comentario