Perdonen ustedes el spoiler, pero en la película Valkiria (2008) de Bryan Singer, protagonizada por Tom Cruise, el plan para asesinar de Hitler fracasa. Perdonen ustedes la broma, pero esta constatación tan obvia me sirve para expresar la relativa pereza que me da la misión de Sasha (Sonequa Martin-Green) y Rosita (Christian Serratos) para matar a Negan (Jeffrey Dean Morgan). Es verdad que en Valkiria teníamos los conocimientos históricos para conocer de antemano el desenlace -aunque un año después Quentin Tarantino nos sorprendió a todos en Malditos Bastardos (2009) saltándose a la torera la fidelidad histórica- y que en esta serie nada impide que maten al líder de los Salvadores, pero ¿alguien se cree que van a matar a Negan tan pronto después de todo lo que nos han hecho esperar? Yo no. Aunque es cierto que esa aparición final de Daryl (Norman Reedus) -creo que es Daryl- cambia un poco las cosas: implicar a un personaje importante de la serie aporta interés. Precisamente, dos de los principales protagonistas tienen el mejor momento post-Negan: unos emocionados Daryl y Maggie (Lauren Cohan) se abrazan, por fin, confesando sus sentimientos tras la muerte de Glenn (Steven Yeun). El de la ballesta se siente culpable, y ella le pide que postergue sus sentimientos de venganza y la ayude a ganar a los Salvadores. Momentazo. Por lo demás, somos testigos de nuevos ejemplos del abuso de poder de los hombres de Negan y de la cobardía de Gregory (Xander Berkeley). También se desvela la homosexualidad de Jesus (Tom Payne) y que Eugene (Josh McDermitt) podría, verdaderamente, haber cambiado de bando.
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