Es curioso que Jan-Ole Gerster no firme el guión de La profesora de piano teniendo en cuenta las coincidencias argumentales que tiene con la ópera prima de este director alemán. Si en Oh Boy (2012) seguíamos a Niko (Tom Schilling) durante una jornada en la que se topaba con todo tipo de personajes, ahora veremos a Lara -soberbia Corinna Harfouch- durante un día entero, en el que se va encontrando con diversas personas: policías, vecinos, la mujer que la sustituyó en su trabajo tras jubilarse, su exmarido, y su antiguo profesor de piano. Lara, persona complejo, antipático y fuerte, comparte con Niko su tabaquismo, e irá desvelándose poco a poco a través de estos encuentros con los otros, que nos revelarán los conflictos internos de un personaje, por otro lado, hermético. La dirección de Gerster, algo distante, puede hacer pensar en Michael Haneke y quizás son cosas del destino que Corinna Harfouch haya prestado su voz en alemán a Isabelle Huppert en el doblaje de La pianista (2001). Lo cierto es que seguimos los pasos de Lara con dos elementos muy presentes: la sombra de su hijo, pianista, interpretado por el mencionado Tom Schilling; y el miedo a las teclas de los instrumentos de cuerdas percutidas que ella se va encontrando durante la película. Film sobre el sacrificio que implica el arte, sobre las relaciones entre padres e hijos y sobre cómo proyectamos sobre ellos nuestros complejos, La profesora de piano parece un film más cerrado y redondo que Oh Boy, también menos libre y fresco, pero más decidido en cuando a lo que quiere contar y con un clímax potente, que nos lleva al final de ese día en la vida de Lara, que no debería haber existido. Nada menos que el de su cumpleaños.
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