EL OTRO LADO -LO QUE LA VERDAD OCULTA


Tras la serie Mira lo que has hecho, Berto Romero sorprende en Movistar Plus con El otro lado. En la primera ficción mencionada encontrábamos al humorista en un proyecto coherente con su trayectoria, una comedia costumbrista y urbana sobre la crisis de la madurez y la paternidad, en la que Romero se interpreta -más o menos- a sí mismo, a lo Jerry Seinfeld. Aquí, en cambio, nos encontramos con una comedia de terror en la que Romero interpreta a Nacho, un periodista dedicado a investigar temas paranormales que se encuentra desempleado, soltero y en definitiva, fracasado. Es entonces cuando descubre el caso de una mujer (María Botto) y su hijo, que viven en un piso encantado en el que ocurren extraños -y aterradores- fenómenos. La serie se puede describir entonces como una comedia marcada, claro, por el sentido del humor, que mezcla la comedia y la fantasía en la línea de Los Cazafantasmas (1984) y también de Agárrame esos fantasmas (1996) -ahí está le personaje de Andreu Buenafuente-, con momentos de terror que remiten a las películas de James Wan -responsable de sagas como Insidious (2010) y Expediente Warren (2013), ambas deudoras de Poltergeist (1982)-. El otro lado evita ser una mera parodia añadiendo a estos elementos referencias a la larga tradición de periodistas españoles dedicados a lo oculto, como Fernando Jiménez del Oso, Javier Sierra o el mediático Iker Jiménez -referentes seguramente de los personajes interpretados por Ramón Barea y Nacho Vigalondo-. Las relaciones entre esos expertos en lo oculto es lo más divertido de la propuesta -se podrían haber explotado más- y permiten a los guionistas introducir el que acaba siendo el tema central de la propuesta: la ética periodística, el sensacionalismo televisivo, la explotación de las víctimas y los frikis por parte de los medios. Más que como una cuestión deontológica o social, el tema del periodismo, las post verdad y las fake news es visto aquí desde una óptica personal, un conflicto que afecta especialmente al protagonista, Nacho, que tiene que lidiar con una sociedad que no lo acepta -representada por su familia- y debe decidir si ‘pasa por el aro’ -su rival mediático, Gorka (Vigilando) sí ha triunfado y le ofrece ayuda- y su vocación como investigador de lo paranormal. La serie intenta equilibrar sus elementos fantásticos con el drama social costumbrista, pero creo que acaba decantándose por lo segundo: nos quedamos con ganas de más fantasmas y más sustos.

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