DOBLES VIDAS -FICCIÓN O NO FICCIÓN



En Personal Shopper, Olivier Assayas proponía a un fantasma que se comunicaba desde el más allá a través del chat de un teléfono móvil. En Dobles Vidas, el autor francés vuelve a preocuparse por cómo las nuevas tecnologías influyen en nuestras vidas: en lo económico, en la forma de ver el arte y en la percepción misma de la realidad. Cinco personajes protagonizan la historia. Alain (Guillaume Canet) es un editor literario que se ha subido al carro del libro electrónico; Selena (Juliette Binoche) es una actriz cansada de hacer series de televisión de consumo fácil -léase Netflix-; Léonard (Vincent Macaigne) es un escritor que ve peligrar la publicación de su nueva obra, en esta época de blogs y tuits; Valérie (Nora Hamzawi) es la asistente de un político honesto; y Laure (Christa Théret) es una joven ambiciososa que cree en el futuro por encima de todo. Assayas plantea su película como si fuera una comedia romántica, en la que estos personajes discuten continuamente en dinámicos diálogos. El problema es que los temas de conversación son las fake news, la posverdad, la muerte del papel en favor de lo digital ¿Leemos menos libros? ¿O leemos más que nunca porque las redes sociales han democratizado la escritura en blogs y tuits? Son temas interesantes, sin duda, y muy actuales. Pero personalmente los encuentro muy gastados y tratados aquí con poca profundidad y sin argumentos novedosos. Esto para mí significa un desarrollo bastante aburrido, que pretende ser inteligente, pero que resultará redundante para los lectores más informados. Lo más interesante de la película es esa ‘doble vida’ que propone Assayas: aunque sus personajes hablen de estos asuntos, lo que realmente nos interesa de ellos son las relaciones entre ellos, sus secretos, sus sentimientos. Una vida oculta como la que tienen, por ejemplo, los protagonistas de Perfectos desconocidos (2017), film con menos pretensiones, pero que aborda los mismos temas. Sí que acierta Assayas en mostrarnos las contradicciones de nuestro tiempo: Alain es un editor que se pasó al e-book cuando las ventas de los libros digitales se estancan, y los libros en papel no acaban de desaparecer, mientras todo el mundo sigue esperando que llegue el futuro anunciado; Valérie asiste a un político honesto, pero parece que todos preferirían que se dedicase más a vender su imagen; Selena trabaja en una serie muy popular, que todo el mundo dice ver, pero cuyo nombre nadie acierta y cuyo personaje tampoco entienden; y el mejor de todos es Léonard, cuyas novelas, basadas, como toda la vida, en sus propias experiencias, despiertan el morbo de sus lectores, que se esmeran en distinguir lo real de lo ficticio, cuestionándose la ética del autor. Lo dicho fake news y posverdad.

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