La cámara de la debutante Azra Deniz Okyay se mueve constantemente en busca de los retratos humanos que formarán el mosaico del estado de las cosas en su país, Turquía. Una nación de edificios a punto de derrumbarse que replican los problemas políticos, morales y económicos a los que se enfrenta su población. Todos los personajes de Ghosts son precisamente eso, fantasmas que deambulan sin rumbo, buscando desesperadamente una forma de sobrevivir a cierta desesperación existencial. Sin dinero, sin trabajo y sin libertad, bajo la amenaza constante de la moral musulmana, machista y conservadora, la directora dibuja algo muy parecido a una dictadura. Presos políticos, especulación inmobiliaria, una policía temible, corrupción política, extremismo religioso, racismo y homofobia, venta de drogas y peleas de perros, explotación laboral y sobre todo miseria, son los elementos que Okyay denuncia a través del retrato naturalista de sus personajes. Y en medio de todo esto, un sueño, una escapatoria fantasiosa, la de bailar, quizás el único momento de libertad que se puede permitir la protagonista, Dilem, interpretada por una estupenda Dilayda Günes. La película ganadora del Premio de la Semana de la Crítica en el Festival de Venecia llega por fin a nuestros cines y recomiendo no perdérsela.
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