Una y otra vez, Marvel Studios parece querer desmentir algunas ideas que se pueden leer machaconamente en las redes: que el cine de superhéroes es repetitivo, que está agotado o, como diría Martin Scorsese, carece de verdaderos sentimientos humanos. La serie Caballero Luna (Moon Knight), disponible en Disney Plus, podría desmentir varias de esas sentencias al mismo tiempo. Primero porque la adaptación creada por Jeremy Slater, sin ser un derroche de originalidad, no responde precisamente al esquema habitual del relato sobre el origen de un justiciero enmascarado. De hecho, se salta completamente el peaje del origen para plantear, sobre todo en el primer episodio, un thriller psicológico en el que Steven Grant (Oscar Isaac), un apocado empleado de un museo arqueológico en Londres, sufre extrañas lagunas de memoria. Grant tendrá que descubrir quién es realmente, o incluso quiénes. A partir de esta premisa, Caballero Luna se desarrolla como un sorprendente cóctel de géneros: terror psicológico y sobrenatural, acción, aventura y fantasía. Todo eso además de ser una buddy movie muy original. Las apariciones del superhéroe titular son, de hecho, escasas, ya que la trama se centra en las múltiples personalidades del héroe, lo que da pie a un recital interpretativo, muy divertido, por parte de Oscar Isaac.
Poco tiene que ver la serie de televisión, por cierto, con el personaje que aparece en los cómics de Marvel desde mediados de los años 70, aunque recoja su esencia y se mantenga bastante fiel a su origen. Pero es que el Caballero Luna de los tebeos es muchas cosas: nació como enemigo de un hombre lobo, monstruo protagonista de la cabecera Werewolf by Night, creado por Doug Moench -principal autor detrás del personaje- y el dibujante Don Perlin. A partir de esa primera aparición, el personaje irá evolucionando dramática y estéticamente, apareciendo en diferentes colecciones y como estrella invitada en otras series hasta conseguir su propio título en 1980. En este, Moench y el dibujante Bill Sienkiewicz darían forma a la versión más icónica del personaje: un justiciero urbano que recuerda al Batman dibujado por el recientemente fallecido Neal Adams, con algunos elementos sobrenaturales, múltiples identidades y un estupendo reparto de secundarios -Marlene, Frenchie, Crawley-. Tras aquella serie, el Caballero Luna iría cambiando con los tiempos -incluso llegó a ser un Vengador- hasta las recientes -y más adultas- versiones que juegan con su psique fragmentada, como se recoge en esta nueva serie televisiva.
Curiosamente, el precedente más directo que se me ocurre de esta serie de Caballero Luna es otra ficción catódica sobre superhéroes -en este caso los X-Men- que se parece más bien poco a una serie de superhéroes: la magnífica Legión creada por Noah Hawley, que se aprovechaba también de un protagonista cuyo interior esconde múltiples personalidades y que encima tiene la capacidad de alterar la realidad. Aunque Slater no llega tan lejos en Caballero Luna, ya que prefiere no jugar a la metaficción, sí que busca sorprender constantemente al espectador, no solo con revelaciones sobre los personajes y villanos, sino cambiando continuamente de escenario, de espacio temporal y poniendo en duda si lo que estamos viendo es real, imaginario o parte de un universo fantástico. O todo al mismo tiempo. Con mucho humor y un montón de ideas por capítulo, Caballero Luna es una serie Marvel disfrutable que, por una vez, es completamente independiente de la continuidad de este universo de ficción, por lo que se puede ver sin conocer nada previamente. Su único defecto, en mi opinión, es que parece más un prólogo, una presentación de personajes y situaciones, que un relato con entidad propia. ¿Continuará?
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