CONSPIRACIÓN EN EL CAIRO -LOS CAMINOS DE LA FE


Un montaje abrupto, que va cortando los planos de forma tajante, imprime un ritmo tremendo a Conspiración en el Cairo, impidiendo al espectador un momento de descanso. El efecto llega a ser desasosegante porque sentimos que el protagonista, Adam (Tawfeek Barhom), es empujado continuamente por fuerzas externas: un padre estricto y religioso que controla la conducta de sus hijos; una carta que llega desde el Cairo que le cambiará la vida y que desencadena la acción; luego, el entorno del centro de estudios -
la universidad de Al-Azhar- al que accede y en el que ocurre la historia del film. Conspiración en el Cairo es una película de espías en la que Adam se ve implicado en una intriga política en un entorno religioso. El director Tarik Saleh firma un thriller tenso, de personajes en los que cuesta encontrar muestras de humanidad. Estamos ante lo peor del ser humano. Conspiraciones, asesinatos, corrupción y continuas traiciones en una reflexión sobre el uso del poder en las altas esferas desde la perspectiva de un hombre común, del hijo de un simple pescador. Pero, sobre todo, creo que Saleh se interesa por la religión y por la fe, que aparecen como formas de entender el mundo y como una guía de comportamiento que no se corresponde con la realidad, ni con la conducta de los que la profesan. La fe como excusa para no pensar -ese padre que castiga duramente a sus hijos, pero que no se opone a que Adam se marche porque es la voluntad de Dios-; la fe como instrumento de manipulación para conseguir el poder dentro de Al-Azhar; la fe, también, como una convicción que puede a convertir en un individuo en alguien incorruptible, y por tanto, en una amenaza para los poderes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario