AKA THE SANDWHICH SAVED ME (20 DE NOVIEMBRE DE 2015) -AVISO SPOILERS-
Una de las constantes en los cómics de Marvel es que los seres queridos de los superhéroes corren peligro. Es verdad que Superman siempre tenía que rescatar a Lois Lane o a Jimmy Olsen, pero todos sabíamos que estos secundarios nunca iban a morir realmente. Los héroes de Marvel, en cambio -sobre todo Spider-Man- se caracterizan por tener un amplio reparto de secundarios que podrían morir a manos de un vengativo villano. Esta es la principal razón para tener una identidad secreta. Jessica Jones (Krysten Ritter) decide no ponerse un antifaz y eso perjudica a los que la rodean. Kilgrave, al que por fin vemos actuar -interpretado por un David Tennant lo más lejos posible de Doctor Who- se aprovecha de esto para apoderarse de la voluntad de Malcolm (Eka Darville) hasta conseguir que traicione a la heroína que le salvó la vida. Cosas del lenguaje, la "heroína" condena también a Malcolm. Que el compañero de un superhéroe caiga en las drogas, por cierto, no es novedad. Ya le pasó a Speedy, sidekick de Green Arrow y a Harry Osborn, amigo del instituto de Spiderman, allá por los años setenta en los tebeos. Para que luego digáis que son infantiles. La primera hazaña heroica de Jessica Jones es salvar a una niña pequeña de ser atropellada. No lleva un traje propiamente dicho, sino que viste un disfraz de sandwhich para promocionar un restaurante de bocadillos. Pero aunque lleve la cara descubierta, el disfraz consigue ocultar la identidad de Jessica. Por eso la niña dice "el sandwhich me ha salvado".
Por cierto, si tenéis curiosidad por ver cómo luce el traje de superhéroe que Jessica no quiere ponerse -demasiado sexy- solo tenéis que echar un vistazo a la imagen más arriba. De nada.
Por cierto, si tenéis curiosidad por ver cómo luce el traje de superhéroe que Jessica no quiere ponerse -demasiado sexy- solo tenéis que echar un vistazo a la imagen más arriba. De nada.
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