THE FLASH -TEMPORADA 2- THE RACE OF HIS LIFE



THE RACE OF HIS LIFE (24 DE MAYO DE 2016) -AVISO SPOILERS-

Prácticamente todo ha sido bueno, muy bueno, en esta segunda temporada de The Flash. El episodio final, titulado La carrera de su vida, es una entrega sólida, increíblemente entretenida, a la que solo se le puede achacar un atípico exceso de seriedad, compensado, eso sí, por el reto tan de tebeo que hace el villano al héroe, ese "a ver quién es más rápido". En todo caso, hay pocos -o ningún- chiste y algunas situaciones lacrimógenas: el entierro de Henry Allen (John Wesley Shipp) es una escena tópica de gafas oscuras, lluvia y paraguas. Pero también es verdad que lo que ocurre en el argumento justifica un tono más grave de lo habitual en esta serie. Después de todo, el villano, Zoom (Teddy Sears) intenta llevar a Barry Allen (Grant Gustin) al lado oscuro. El que use un concepto de Star Wars (George Lucas, 1977) no es casualidad. La historia que nos cuentan aquí es un claro reflejo del final del arco de Luke Skywalker -por cierto, Mark Hamill interpreta en esta serie al villano Trickster- en El retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983). Veamos. Barry Allen, como Luke, se enfrenta a un enemigo que intenta corromperle, por lo tanto, Zoom hace aquí el papel del Emperador Palpatine (Ian McDiarmid). Recordemos que, antes, Barry ha sufrido la pérdida de su padre, igual que Luke ve morir a Darth Vader. Pero antes, el joven jedi ha conseguido que su progenitor se convierta en un héroe -al salvarle del Emperador- completando el arco de personaje comenzado por George Lucas en el temible Episodio I (1999) con Anakyn Skywalker. Aquí, esto ocurre también: la gran revelación del capítulo es que el hombre de la máscara de hierro prisionero de Zoom era, en realidad, el verdadero Jay Garrick, el Flash de Tierra-3, que tiene el rostro -y el linaje- de Henry Allen. También podemos decir que el intento de los secundarios -Cisco Ramon (Carlos Valdes), Harrison Wells (Tom Cavanagh) y compañía- de derrotar a Zoom por su cuenta, es equivalente a la misión de Han Solo (Harrison Ford), Leia (Carrie Fisher) y el resto, en la luna de Endor, para desactivar el escudo que protege a la Estrella de la Muerte, no muy diferente al ingenio que el villano pretende utilizar aquí para destruir el Multiverso. Al final, tras la batalla, Barry se refugia solitario, igual que Luke (y al igual que Frodo al final de El Señor de los anillos). Ha perdido algo de su inocencia en el camino: a la muerte del padre se une la del propio héroe, fallecido metafóricamente con el sacrificio de su "remanente temporal", una copia de Flash de una línea temporal alternativa que permite al velocista estar en "dos sitios" al mismo tiempo. La muerte y la resurrección siempre han estado ligadas al viaje del héroe, concebido por el mitógrafo Joseph Campbell, que inspiró a Lucas en su saga galáctica.


Por otro lado, los guionistas hacen un gran trabajo asimilando la mitología de DC Comics. Toda esta temporada ha tratado sobre Tierra-2 y aquí el argumento se cierra. El Flash de ese otro mundo, Jay Garrick, es en realidad el Flash de los años 40, el original. En los cómics, aquel primer velocista de casco tocado con alas fue sustituido en los años 60 por el superhéroe escarlata que conocemos. Pero al guionista Gardner Fox se le ocurrió rescatar al primero en el cómic El Flash de dos mundos (1961) que establecía el concepto de tierras paralelas. Barry Allen vivía en Tierra-1, la nuestra, y el maduro Jay Garrick en Tierra-2 con otros héroes ya olvidados. Por eso es completamente lógico que John Wesley Shipp, que interpretó a Flash en la serie televisiva de 1990, sea aquí Jay Garrick y el padre de Barry. Volviendo a los cómics, con los años las tierras paralelas se fueron multiplicando hasta el infinito -aquí en la serie televisiva ya tenemos 3- y eso creó un caos argumental y de continuidad que llevó a los editores de DC Comics a ejecutar un reseteo de todo su universo editorial. La serie que narra esos hechos se llama Crisis en las Tierras Infinitas (1986), que eliminaba todos los mundos paralelos. En aquella historia, Barry Allen, Flash, moría sacrificándose como lo hace aquí el remanente temporal en una imagen que calca el trazo del dibujante George Pérez. Durante mucho tiempo, en los tebeos, Barry fue sustituido por su sobrino, Wally West. Pero aquí, en la serie televisiva, el multiverso se salva. Sin embargo, Barry no es feliz -como Luke, como Frodo- y decide cambiarlo todo, viajando atrás en el tiempo, salvando a su madre y eliminando, por tanto, la razón por la que se convirtió en superhéroe en un principio. El cliffhanger es bestial porque, siendo estrictos, ni siquiera debería haber una siguiente temporada. Por suerte, la habrá. Estaré esperando.

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