Un zorro y una coneja son, de nuevo, los protagonistas de Zootrópolis 2 (2025) dirigida por Jared Bush y Byron Howard. Nick (Jason Bateman) y Judy (Ginnifer Goodwin) son la versión animal de los protagonistas de una buddy movie de los ochenta, dos agentes de policía poco ortodoxos, que traen de los nervios a su jefe de policía, Bogo (Idris Elba). En la larga tradición de policías cinematográficos, desde Clint Eastwood a Bruce Willis pasando por Eddie Murphy, Nick y Judy consiguen detener a los malos, pero suelen dejar en mal lugar a sus superiores y destrozan media ciudad en la operación. Lo que diferencia a Zootrópolis de otras producciones para un público familiar es su voluntad de hacer una parodia de nuestra sociedad sustituyendo a los seres humanos por animales de todo tipo. Esta idea permanece como trasfondo de toda la trama, con infinitos chistes sobre cómo se comportan las bestias según su especie, provocando golpes de humor, muchas veces, más brillantes que los de la historia principal. Personalmente, me hace mucha gracia todo lo que tiene que ver con la escala de los animales: un inmenso buey bebiendo champán de una copa minúscula pensada para el tamaño de un ratón. Este rico trasfondo aporta interés, humor y ritmo a una trama argumental más bien convencional, en la que los protagonistas deben resolver un nuevo caso, el de un misterioso reptil (Ke Huy Quan) que tendrá que ver con los orígenes míticos de la ciudad. Pero todo el desarrollo de la historia, si bien frenético para que los espectadores más pequeños no pierdan el interés, resulta predecible, aunque se atreve con un argumento de cine negro a lo Chinatown (1974). Lo importante es que Nick y Judy deben aprender el valor de la amistad a pesar de sus diferencias, y los verdaderos malos de la historia son, claro, los que detentan el poder, una suerte de familia a lo Succession (2018). Y es que la película tiene más de un guiño al público adulto con referencias muy claras a El padrino (1972), El resplandor (1980) o a Pulp Fiction (1994) además de, mucho me temo, la inclusión de personajes populares como Shakira, que interpreta un par de canciones. O quizás es la misma, dos veces. Como entretenimiento infantil la película es un éxito seguro, aunque no parece destinada a convertirse en un clásico de los que dejan huella.
ZOOTRÓPOLIS 2 -JUNGLA DE ASFALTO
Un zorro y una coneja son, de nuevo, los protagonistas de Zootrópolis 2 (2025) dirigida por Jared Bush y Byron Howard. Nick (Jason Bateman) y Judy (Ginnifer Goodwin) son la versión animal de los protagonistas de una buddy movie de los ochenta, dos agentes de policía poco ortodoxos, que traen de los nervios a su jefe de policía, Bogo (Idris Elba). En la larga tradición de policías cinematográficos, desde Clint Eastwood a Bruce Willis pasando por Eddie Murphy, Nick y Judy consiguen detener a los malos, pero suelen dejar en mal lugar a sus superiores y destrozan media ciudad en la operación. Lo que diferencia a Zootrópolis de otras producciones para un público familiar es su voluntad de hacer una parodia de nuestra sociedad sustituyendo a los seres humanos por animales de todo tipo. Esta idea permanece como trasfondo de toda la trama, con infinitos chistes sobre cómo se comportan las bestias según su especie, provocando golpes de humor, muchas veces, más brillantes que los de la historia principal. Personalmente, me hace mucha gracia todo lo que tiene que ver con la escala de los animales: un inmenso buey bebiendo champán de una copa minúscula pensada para el tamaño de un ratón. Este rico trasfondo aporta interés, humor y ritmo a una trama argumental más bien convencional, en la que los protagonistas deben resolver un nuevo caso, el de un misterioso reptil (Ke Huy Quan) que tendrá que ver con los orígenes míticos de la ciudad. Pero todo el desarrollo de la historia, si bien frenético para que los espectadores más pequeños no pierdan el interés, resulta predecible, aunque se atreve con un argumento de cine negro a lo Chinatown (1974). Lo importante es que Nick y Judy deben aprender el valor de la amistad a pesar de sus diferencias, y los verdaderos malos de la historia son, claro, los que detentan el poder, una suerte de familia a lo Succession (2018). Y es que la película tiene más de un guiño al público adulto con referencias muy claras a El padrino (1972), El resplandor (1980) o a Pulp Fiction (1994) además de, mucho me temo, la inclusión de personajes populares como Shakira, que interpreta un par de canciones. O quizás es la misma, dos veces. Como entretenimiento infantil la película es un éxito seguro, aunque no parece destinada a convertirse en un clásico de los que dejan huella.
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