De la tragedia saca una comedia Yorgos Lánthimos en la sorprendente Bugonia (2025). El griego vuelve a plantear su cine de la crueldad en este remake del film surcoreano Salvar el planeta Tierra (2003), que Lanthimos convierte en una obra completamente propia y personal. El argumento enfrenta a dos personajes: el terraplanista conspiranoico apicultor Teddy (Jesse Plemons), que parece una caricatura pero es más real de lo que pensamos; y la exitosa ejecutiva Michelle Fuller (Emma Stone), una mujer de éxito que dirige una poderosa empresa. Tras la presentación de ambos personajes, el conflicto estalla cuando Teddy secuestra a Michelle, creyéndola una extraterrestre. La historia se desarrolla como una comedia de humor negro sobre dos personajes patéticos -Teddy es ayudado por su amigo Don (Aidan Delbis)- que tienen el poder sobre una mujer acostumbrada a dar órdenes. En su línea habitual, Lanthimos eleva el grado de crueldad de los que nos cuenta, que al principio parece una parodia inocua, hasta borrarnos la sonrisa del rostro. La violencia y el sadismo que vemos en pantalla, sin embargo, desemboca en carcajas catárticas en un final extremo y desenfrenado -aunque no necesariamente sorprendente-. Bugonia podría ser un relato más de Kind of Kindness (2024) y quizás se resiente por ser demasiado larga, pero aguanta el tipo por el buen ojo detrás de la cámara de Lánthimos, la estupenda fotografía de Robbie Ryan, la estridente música de Jerskin Fendrix, y sobre todo por las magníficas interpretaciones de Plemons y Stone. La historia de la película no es más que un divertimento, pero Lánthimos tiene el talento para escribir entre líneas comentarios muy críticos sobre nuestra sociedad actual: evidentemente hay una caricatura de los conspiranoicos, pero tampoco salen bien parados los que han alcanzado el éxito; por no hablar de las oscuridades a la que nos lleva el director en el retrato de los marginados y resentidos, explotados por las grandes empresas, abusados y olvidados por la democracia, sí, pero que también son lo peor del ser humano, con referencias a la comunidad incel y a los que abrazan el extremismo por la supuesta opresión de lo woke, lo que tampoco significa que el capitalismo, su falta de escrúpulos y sus mentiras, estén libres de pecado. Curiosamente, Bugonia comparte con una película tan diferente como Una casa llena de dinamita (2025) el uso de la imagen de un dinosaurio como metáfora del destino al que parecemos abocados irremediablemente. El mensaje es el mismo.
BUGONIA -TEORÍAS DE LA CONSPIRACIÓN
De la tragedia saca una comedia Yorgos Lánthimos en la sorprendente Bugonia (2025). El griego vuelve a plantear su cine de la crueldad en este remake del film surcoreano Salvar el planeta Tierra (2003), que Lanthimos convierte en una obra completamente propia y personal. El argumento enfrenta a dos personajes: el terraplanista conspiranoico apicultor Teddy (Jesse Plemons), que parece una caricatura pero es más real de lo que pensamos; y la exitosa ejecutiva Michelle Fuller (Emma Stone), una mujer de éxito que dirige una poderosa empresa. Tras la presentación de ambos personajes, el conflicto estalla cuando Teddy secuestra a Michelle, creyéndola una extraterrestre. La historia se desarrolla como una comedia de humor negro sobre dos personajes patéticos -Teddy es ayudado por su amigo Don (Aidan Delbis)- que tienen el poder sobre una mujer acostumbrada a dar órdenes. En su línea habitual, Lanthimos eleva el grado de crueldad de los que nos cuenta, que al principio parece una parodia inocua, hasta borrarnos la sonrisa del rostro. La violencia y el sadismo que vemos en pantalla, sin embargo, desemboca en carcajas catárticas en un final extremo y desenfrenado -aunque no necesariamente sorprendente-. Bugonia podría ser un relato más de Kind of Kindness (2024) y quizás se resiente por ser demasiado larga, pero aguanta el tipo por el buen ojo detrás de la cámara de Lánthimos, la estupenda fotografía de Robbie Ryan, la estridente música de Jerskin Fendrix, y sobre todo por las magníficas interpretaciones de Plemons y Stone. La historia de la película no es más que un divertimento, pero Lánthimos tiene el talento para escribir entre líneas comentarios muy críticos sobre nuestra sociedad actual: evidentemente hay una caricatura de los conspiranoicos, pero tampoco salen bien parados los que han alcanzado el éxito; por no hablar de las oscuridades a la que nos lleva el director en el retrato de los marginados y resentidos, explotados por las grandes empresas, abusados y olvidados por la democracia, sí, pero que también son lo peor del ser humano, con referencias a la comunidad incel y a los que abrazan el extremismo por la supuesta opresión de lo woke, lo que tampoco significa que el capitalismo, su falta de escrúpulos y sus mentiras, estén libres de pecado. Curiosamente, Bugonia comparte con una película tan diferente como Una casa llena de dinamita (2025) el uso de la imagen de un dinosaurio como metáfora del destino al que parecemos abocados irremediablemente. El mensaje es el mismo.
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