STRANGERS (19 OCTUBRE) -AVISO SPOILERS-
Desconocidos, escrito por el propio creador de The Walking Dead, Robert Kirkman, comienza preguntándose de qué podrían servir los códigos morales -de la religión católica- en un hipotético Apocalipsis. Un nuevo personaje, el padre Gabriel (interpretado por Seth Gilliam: TWD sigue reclutando actores de The Wire), afirma haber logrado sobrevivir sin envilecerse. Esa posibilidad altera a Rick (Andrew Lincoln) cada vez más insensible y paranoico: no se fía de nadie. En ese sentido, su hijo, Carl (Chandler Riggs), representa su inocencia perdida. Y algún miembro del grupo, como Bob (Larence Gilliard Jr.), temen que el antiguo policía acabe perdiendo contacto con su humanidad para siempre. Pero Rick no cree que el mundo vaya a volver a ser el de antes. Hay poca acción en este episodio, en el que los personajes conversan sobre cómo lidiar con las cosas que se ven obligados a hacer para sobrevivir. Demasiados diálogos en un capítulo más bien estático. Esta serie a veces podría llamarse The Boring Dead. En el capítulo no hay tensión hasta que algunos miembros del grupo deciden bajar a un agujero lleno de agua -y zombies- para recoger alimentos. Descubrimos entonces que el rechazo a la violencia del padre Gabriel no era parte de su moral cristiana... sino simplemente cobardía. Justo después, el sargento Abraham Ford (Michael Cudlitz) pone en duda el liderazgo de Rick (Andrew Lincoln) sugiriendo al grupo que hay algo más que la mera supervivencia: en Washington podrían salvar el mundo. La recta final del capítulo contiene algunas sorpresas: la decisión de Rick, su convencimiento de que el padre Gabriel esconde algo, descubrimos que el optimismo de Bob era impostado, y el regreso de unos viejos conocidos. Reaparecen los caníbales de Santuario en un cliffhanger que resulta lo mejor de este episodio.
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