Los cómics -sobre todo el tebeo de superhéroes- han nutrido en los últimos 10 o 15 años al blockbuster -el único género capaz, actualmente, de convocar masivamente a los espectadores a las salas- de temas y argumentos en su voraz necesidad de crear 'nuevas' y rentables franquicias. En cambio, el videojuego, industria que desde hace tiempo disfruta del tópico de ser más rentable que el cine, no ha conseguido del todo explotar el atractivo y la fama de sus títulos más señeros, porque también sufre por otro lugar común: que las adaptaciones del videojuego al cine nunca fueron buenas. Esto se puede deber a varias razones: la dificultad de trasladar lo que hace atractivo a un videojuego a otro medio -el componente interactivo, la mecánica jugable-, o que muchos títulos se inspiren en películas. Es el caso, por citar un ejemplo conocido, de Tomb Raider, que cuenta ya con tres títulos y cuyo referente es Indiana Jones. Lo mismo ocurre ahora con Uncharted, estupendo título de Playstation que Sony ha confiado a Tom Holland -la estrella más taquillera del momento-, protagonista del gran éxito actual de los estudios, la trilogía de Spider-Man que comparte con Marvel Studios. Acompaña a Holland el carismático Mark Wahlberg, que hace las veces de mentor/figura paterna -la película sigue las famosas etapas del viaje del héroe de Joseph Campbell- que además aporta un tono de buddy movie que puede dar mucho de sí en las secuelas que seguramente tienen en mente los productores. Uncharted tiene la dosis justa de aventura, acción y humor para ser un estupendo entretenimiento, lo que no impide que seamos conscientes de sus deudas con películas que ya hemos visto: la referencia clara a Indiana Jones, pero también encontramos elementos de la saga de James Bond, de las películas de atracos y hasta de Los Goonies (1985), lo que inevitablemente me ha hecho sentir cierta nostalgia por los tiempos en los que los especialistas se jugaban el tipo en las secuencias de acción: aquí todo es digital. Mencionemos también que Antonio Banderas hace de villano, creo que desperdiciado, y que hay referencias a España en la película: la vuelta al mundo de Magallanes y aparece Barcelona como escenario presentado con música de ¡Camarón!. A pesar de todo esto, como ya he dicho, Uncharted es un entretenimiento muy disfrutable. Eso sí, me perdonaréis que hable ahora como padre y me queje de que una película de aventuras cuyo público objetivo debería ser el infantil -que acabará viendo la película de todas maneras- se camufle como cine 'adulto' trufando los diálogos de tacos malsonantes y, mucho peor, exaltando de forma irresponsable el consumo de bebidas alcohólicas innecesariamente.
UNCHARTED -CINE (DIGITAL) DE AVENTURAS
Los cómics -sobre todo el tebeo de superhéroes- han nutrido en los últimos 10 o 15 años al blockbuster -el único género capaz, actualmente, de convocar masivamente a los espectadores a las salas- de temas y argumentos en su voraz necesidad de crear 'nuevas' y rentables franquicias. En cambio, el videojuego, industria que desde hace tiempo disfruta del tópico de ser más rentable que el cine, no ha conseguido del todo explotar el atractivo y la fama de sus títulos más señeros, porque también sufre por otro lugar común: que las adaptaciones del videojuego al cine nunca fueron buenas. Esto se puede deber a varias razones: la dificultad de trasladar lo que hace atractivo a un videojuego a otro medio -el componente interactivo, la mecánica jugable-, o que muchos títulos se inspiren en películas. Es el caso, por citar un ejemplo conocido, de Tomb Raider, que cuenta ya con tres títulos y cuyo referente es Indiana Jones. Lo mismo ocurre ahora con Uncharted, estupendo título de Playstation que Sony ha confiado a Tom Holland -la estrella más taquillera del momento-, protagonista del gran éxito actual de los estudios, la trilogía de Spider-Man que comparte con Marvel Studios. Acompaña a Holland el carismático Mark Wahlberg, que hace las veces de mentor/figura paterna -la película sigue las famosas etapas del viaje del héroe de Joseph Campbell- que además aporta un tono de buddy movie que puede dar mucho de sí en las secuelas que seguramente tienen en mente los productores. Uncharted tiene la dosis justa de aventura, acción y humor para ser un estupendo entretenimiento, lo que no impide que seamos conscientes de sus deudas con películas que ya hemos visto: la referencia clara a Indiana Jones, pero también encontramos elementos de la saga de James Bond, de las películas de atracos y hasta de Los Goonies (1985), lo que inevitablemente me ha hecho sentir cierta nostalgia por los tiempos en los que los especialistas se jugaban el tipo en las secuencias de acción: aquí todo es digital. Mencionemos también que Antonio Banderas hace de villano, creo que desperdiciado, y que hay referencias a España en la película: la vuelta al mundo de Magallanes y aparece Barcelona como escenario presentado con música de ¡Camarón!. A pesar de todo esto, como ya he dicho, Uncharted es un entretenimiento muy disfrutable. Eso sí, me perdonaréis que hable ahora como padre y me queje de que una película de aventuras cuyo público objetivo debería ser el infantil -que acabará viendo la película de todas maneras- se camufle como cine 'adulto' trufando los diálogos de tacos malsonantes y, mucho peor, exaltando de forma irresponsable el consumo de bebidas alcohólicas innecesariamente.
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