BEAU TIENE MIEDO -ZONA DE CONFORT


El director Ari Aster se propone como autor en Beau tiene miedo, una obra arriesgada y rompedora. Aster comenzó su carrera dejando claro que el cine de género, en su caso, el terror, es un vehículo perfecto para hablar de temas como la familia, en Hereditary (2018), y la pareja y la masculinidad tóxica, en Midsommar (2019). Partiendo de la base de su propio cortometraje, Beau (2011), Aster hace un tercer largometraje que es un ejercicio de libertad pura, una obra que muta cada 15 minutos, presentando constantemente nuevas situaciones, escenarios, personajes y tonos. Apoyándose en la interpretación de Joaquin Phoenix, Aster nos habla, principalmente, de los miedos de la era que nos ha tocado vivir. Beau vive en un mundo de caos social, pobreza, okupas, crimen, asesinos en serie nudistas, de peligrosas arañas sueltas -y de lámparas de araña que se sueltan-. Beau le tiene miedo a la aparentemente apacible familia tradicional americana que apoya las intervenciones militaristas de su país y convierte en héroes a los veteranos de guerra enloquecidos y convertidos en máquinas de matar. Beau le tiene miedo a la muerte y al sexo. Que vienen a ser equivalentes. Y sobre todo le teme a su madre (Patti LuPone). Beau tiene miedo tiene la estructura y las imágenes de un sueño -o de una pesadilla- en la que Aster busca las raíces psicológicas de la personalidad de su protagonista, mientras el relato va cambiando de tono y, desde el cine de autor, se acerca a los géneros, sobre todo la comedia absurda -e histérica- pero también al terror, al drama, al romance y a la fantasía. La película, sin duda, es exigente para el espectador, que tendrá que buscar el sentido en lo que ve y, también, tendrá que afrontar las tres horas de metraje, que no se hacen largas, pero que acaban cobrando factura por las continúas mutaciones de la historia. Es quizás, el momento más débil de esta obra cuando, precisamente, se hace más explícita, en el enfrentamiento entre Beau y su madre, y menos alegórica e imaginativa. O quizás, para entonces, ya estamos saturados. Sea como sea, Beau tiene miedo es una obra imprescindible, un quiebre en la carrera de Aster, recomendable solo para espectadores dispuestos a salir de su zona de confort. ¿No deberíamos serlo todos?

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