EL ESPECIALISTA -AMOR Y EXPLOSIONES

Quizás los más viejos del lugar recuerden The Fall Guy -en Hispanoamérica, Profesión Peligro (1981-1986)- una serie muy ochentera protagonizada por Lee Majors en la que un especialista de cine, Colt Seavers, dedica su tiempo de ocio a ganar un dinerillo extra como cazarrecompensas atrapando criminales, valiéndose, claro, de su experiencia y capacidades físicas para hacer, en la vida real, lo que ya simulaba en las películas. Más de 40 años después, el director y ex especialista, David Leitch, firma El especialista (2024), eso sí, dando por hecho que nadie se acuerda ya de aquella serie televisiva y creando una historia nueva. El héroe ahora es Ryan Gosling -que, tras Ken, vuelve a encarnar una parodia de la masculinidad-; la estrella a la que sustituye en las escenas de riesgo es Aaron Taylor Johnson; y el amor de su vida es una directora en el trance de realizar su ópera prima, Emily Blunt. Leitch hace una película en la línea de su cine, una mezcla de humor y acción espectacular, un poco lo que se espera de un blockbuster en los tiempos que corren. Y El especialista cumple perfectamente su cometido, aunque, seguramente no permanecerá en la memoria del espectador demasiado tiempo. A su favor, varias cosas: el buen hacer de Leitch tras la cámara en las secuencias de acción, realizadas sin trampa ni cartón, que se sirven -y mucho- de que el escenario principal de la historia es, precisamente, un rodaje de cine. El segundo elemento que funciona muy bien es que dentro de El especialista hay una comedia romántica que se nutre de la química de sus protagonistas. Pero sobre todo, hay que destacar que, si ya en Deadpool 2 (2018) Leitch trabajó con un personaje que rompía la cuarta pared y hacía referencias constantes a la cultura popular, aquí el director -y guionista- se permite jugar a la metaficción constantemente. Primero, la película dentro de la película es una suerte de versión hortera y paródica de Dune (2021), con lo que Leitch se permite reírse de Hollywood, de las estrellas y hasta de la figura del gran productor/a -el personaje de Hannah Waddingham-. En su ritmo frenético, la película tiene una divertida voluntad destructiva: la acumulación de peleas, explosiones, colisiones y destrozos acaba siendo paródica y produce incluso cierta euforia. Sobre todo, se adivina en los detalles que vemos en pantalla la experiencia de Leitch como especialista, ofreciéndonos un homenaje a la profesión -desde Buster Keaton a Tom Cruise- que nos lleva al terreno de Érase una vez en Hollywood (2019) de Quentin Tarantino, desde la parodia -de hecho, Leitch fue el doble de Brad Pitt en varias películas-. Leitch también declara su amor por las viejas series dedicando una secuencia entera a Corrupción en Miami (1984-1990) y creo haber escuchado el característico efecto de sonido que acompañaba los impresionantes movimientos de Lee Majors en El hombre de los seis millones de dólares (1973-1978). Si es que alguien se acuerda de aquello. Eso sí, a pesar de apelar al homenaje a los dibujos animados -los cartoons- para justificar el exceso de ligereza de la película, El especialista se acaba pasando de rosca, y alargando demasiado su metraje -personalmente, prefiero las comedias algo más cortas-.

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