A RECKONING (16 DE JULIO DE 2015) -AVISO SPOILERS-
Parece que queda poco que contar en Wayward Pines cuando se acerca el final de la serie. Este penúltimo capítulo repite, básicamente, el mismo conflicto que el anterior. Ethan Burke (Matt Dillon) debe desactivar la célula "terrorista" liderada por su examante Kate (Carla Gugino), mientras un tiránico David Pilcher (Toby Jones) lucha por mantener el control del pueblo.
A estas alturas se han empeñado en hacernos creer que que no habrá más giros y que la serie ha revelado ya todos sus secretos. Los primeros siete episodios tenían sorpresas y cambios constantes en el status quo argumental imprimiendo un ritmo frenético a la ficción. Tanto, que en estos últimos dos episodios, mi sensación es la de un frenazo. Ahora, inevitablemente, creo que se echa en falta un mayor desarrollo de sus personajes. No estamos emocionalmente implicados con ellos, por lo que sus conflictos nos importan bastante poco. Una serie similar, basada también en las incógnitas y las sorpresas, Perdidos (2004), lo hacía mucho mejor en ese aspecto: sus personajes estaban mucho mejor definidos.
Este penúltimo capítulo de Wayward Pines se abre con una de las imágenes más inquietantes de toda la serie: los teléfonos que suenan en las casas del pueblo cuyas ventanas se encienden una a una. Pero es una imagen repetida en una ficción que nos había acostumbrado a novedades constantes. El conflicto central en este tramo final de la historia es el ya expuesto anteriormente: seguridad ciudadana o libertad individual. Ethan Burke se enfrenta a Pilcher revelando la verdad a todos los habitantes del pueblo. Antes, uno de los jóvenes adoctrinados se había convertido en un fanático asesino. Se debate -superficialmente- si es justo el castigo al miembro de un grupo que ha puesto en peligro la seguridad de los demás. Al colocar el acto "justiciero" en un joven claramente desequilibrado, la serie toma partido. Mucho más ambigua es la postura de los responsables de The Walking Dead, que en el último episodio de la quinta temporada colocan a su protagonista en la misma tesitura.
Aquí, nos encontramos con que, ante el triunfo de la verdad y la rebelión de los vecinos, el tirano decide permitir la destrucción del pueblo. El cliffhanger -calcado al del episodio anterior- nos hace dudar ¿Está Pilcher tan loco como para desear la destrucción de la Humanidad? ¿Tiene un tercer pueblo en la reserva? ¿O hemos estado todo este tiempo ante una mentira? Veremos.
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