El episodio que marca el ecuador de la primera temporada de Bates Motel propone poco. Es normal, estamos ante el desarrollo de las tramas que se han planteado al principio. El capítulo cierra, aparentemente, el asunto del asesinato de Keith Summers (W. Earl Brown). Esto nos lleva a descubrir que el ayudante del sheriff, Zack Shelby (Mike Vogel) es capaz de manipular pruebas para salvar a Norma (Vera Farmiga) de prisión. Esto sería más coherente si Shelby fuera realmente el hombre perverso que retiene a una inmigrante china como esclava sexual en su sótano. El cliffhanger del episodio revela que esto podría ser cierto. Dicha revelación aclararía entonces que lo que vio Norman Bates (Freddie Highmore) en la casa de Shelby era real. Antes, nos han querido enseñar que Norman también tuvo un encuentro real -sexual- con Bradley (Nicola Peltz). Pero esto está por demostrarse. Por cierto, la interpretación de Highmore, expresando la euforia posterior a la pérdida de su virginidad, pero manteniendo matices inquietantes, me ha parecido estupenda. La otra revelación del capítulo es que Dylan (Max Thieriot) sueña con ser una buena persona -quiere llevarse a su hermano a un piso con vistas al mar, lejos de su madre- pero alberga también la capacidad de matar, de manera brutal, al sicario que disparó contra su compañero. Se revela en este episodio que una de las dinámicas de la serie puede ser la tensión entre los personajes "adultos" por influir en un Norman Bates menor de edad.
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