BATES MOTEL -TEMPORADA 1- FIRST YOU DREAM, THEN YOU DIE


FIRST YOU DREAM, THEN YOU DIE (18 DE MARZO DE 2013) -AVISO SPOILERS-

Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960) es sin duda una obra maestra. Quizás por ello resultan curiosas las derivaciones que han surgido de una película que, más que una historia y unos personajes, es un perfecto mecanismo de manipulación. Hitchcock mata a su protagonista, Janeth Leigh, a media película, dejando al espectador sin punto de vista y sin asidero moral. Asimismo, Norman Bates (Anthony Perkins), más que un personaje, es un mecanismo argumental que primero activa la sospecha sobre su verdadera naturaleza y luego sorprende con la revelación de su macabra relación con su madre (muerta). El personaje de Norman Bates no se construye en la película, sino en la mente del espectador tras el giro final más famoso de la historia del cine. Quizás, precisamente, de esa construcción mental posterior surgen tres secuelas cinematográficas y ahora esta serie de televisión.




Resulta curioso que el primer episodio de una serie que sirve de precuela -¡contemporánea!- a Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960) se esfuerce con tanto empeño en contradecir nuestras expectativas. Al menos las mías. Norman Bates (Freddie Highmore) es un joven "diferente" y algo tímido, eso era de esperarse, pero no aparece en él la más mínima oscuridad. ¿Cómo se convierte luego en un psicópata asesino? Me sorprende la decisión de no apuntar que hay "algo" maligno dentro de Norman esperando salir. Al menos de primeras. En el mismo sentido, cuesta ver en la adorable Vera Farmiga -Norma Louise Bates- a esa madre castradora que acabará convirtiendo a su hijo en un monstruo. Durante el visionado, también estuve esperando que esas chicas jóvenes y guapas que abordan a Norman a su llegada al pueblo, fueran las clásicas niñatas que disfrutan humillando a los marginados. Pero no ocurrió nada de eso en el primer episodio de Bates Motel. La serie se esfuerza primero -y con efectividad- en establecer el vínculo -con algún apunte turbio y edípico- entre madre e hijo. Se unen, precisamente, por un primer asesinato -¡En defensa propia!- y nada más. Aunque el cliffhanger muestra a un sádico torturador de mujeres que podría ser el modelo a seguir por Norman. Todos estos elementos son positivos, pero en principio, el primer episodio de la serie no brilla lo suficiente como para invitar a continuar su visionado. Sea como sea, este verano voy a pasar las vacaciones en el motel Bates. Voy a persistir, al menos, durante la primera temporada.

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