La famosa mano no-muerta de Ash (Bruce Campbell) en Terroríficamente muertos (Sam Raimi, 1987) sirve a la misteriosa Ruby Knowby (Lucy Lawless) como improvisado GPS para señalar la ubicación del resto de su cuerpo. La icónica escopeta del héroe es utilizada como pipa para fumar marihuana por Kelly (Dana DeLorenzo). Elementos fetiche de la trilogía desacralizados. Los autores de Ash vs Evil Dead, con Sam Raimi a la cabeza, no tienen reparos en tomarse a cachondeo los fundamentos de una saga con casi 40 años a sus espaldas. Los frikis de Star Wars estarían cardíacos. Me gusta, además, la ligereza de cada episodio: aquí toda la tensión se genera por la circunstancia de que Ash no puede hablar al estar amordazado, mientras el brujo (Hemky Madera) amenaza con matarle por creerle poseído, mientras Kelly (Dana DeLorenzo) -realmente poseída- está a punto de cargarse a Pablo Simón Bolívar (Ray Santiago). En cuanto Ash consigue explicarse, se acaba el malentendido. Por otro lado, creo que nunca se ha practicado un exorcismo -mucho menos de santería- a un deadite. Aquí presenciamos algunas de las escenas más desagradables de la serie: el clásico vómito verde y una buena meada son la respuesta de la poseída Kelly a los intentos del brujo por sacarle el demonio de dentro. Tras esto, Ash utiliza sus propios métodos y pone en práctica su recién descubierta filosofía vital: "dispara primero, no pienses nunca". La voz en español -en el original- del brujo que, tras morir, le habla a Pablo, nos hace pensar un Obi-Wan Kenobi santero. El colofón es que Ash estrena mano -un Power Glove de Nintendo- y lo primero que hace, una peineta.
CAPÍTULO ANTERIOR: BRUJO
No hay comentarios:
Publicar un comentario