¿Qué es el cine? Desde su desarrollo a principios del siglo XX hasta hoy, el arte cinematográfico ha sufrido múltiples mutaciones -el sonido, el color, los formatos, la política de los autores, los efectos digitales- sin que eso cambie su naturaleza esencial. En el siglo XXI la concepción que tenemos del cine parece una cuestión del medio: ¿Se puede ver una película en un teléfono móvil? ¿Hay ‘cine’ en las series de televisión? Lo cierto es que los espectadores acuden a las salas en menor medida que antaño y la ficción audiovisual más relevante socialmente hoy son las series que se pueden ver en casa. En este contexto, Kevin Costner sorprende a todos presentando un nuevo trabajo como director que parece nacer a contracorriente: un wéstern de tres horas de duración que se anuncia como la primera de varias entregas. Costner cuenta con tres películas como director en su filmografía y todas se pueden encuadran en el wéstern; su carrera como actor ha sido recientemente revitalizada, precisamente en la pequeña pantalla, con una ficción con aires de cine del Oeste, Yellowstone (2018) de Taylor Sheridan. Quizás con este impulso, Costner se arriesga haciendo Horizon: An American Saga -Capítulo 1 (2024) una suerte de gran compendio del wéstern. Hay varias historias en esta película -de frontera, de colonos, de venganza, de odio racista- que giran alrededor de un asentamiento, Horizon, en territorio apache, que desencadena un conflicto que se puede equiparar con el nacimiento de una nación. Costner rueda la masacre de un pueblo por parte de los indios con un pulso excelente; nos muestra el viaje en caravana de un grupo de colonos que aspira a labrarse un futuro; nos hace presenciar un tenso duelo entre pistoleros; nos muestra a un sanguinario grupo de forajidos cazando cabelleras indias en secuencias estupendas y oscuras; todo está contado con la eficacia y la emoción del cine clásico. El reparto de la película es enorme, empezando por el propio Costner, un estupendo Michael Rooker que parece sacado de una de John Ford, además de Sienna Miller, Jena Malone o Sam Worthington, en papeles que son arquetipos del cine del oeste: los indios, el vaquero, la prostituta, el sargento de caballería, el médico borracho, la viuda desvalida. La película de Costner reúne los grandes temas del género y va saltando de trama en trama -hay cuatro o cinco desarrollándose al mismo tiempo- haciendo del montaje paralelo su principal figura de estilo. Una historia río que no se agota en sus tres horas de metraje y que promete extenderse durante unas 12 en total. Y yo me pregunto si Horizon, siendo estupenda como es, sobre todo para los amantes del wéstern, es realmente una película. ¿No será más bien una serie de televisión que se estrena en cines? Con su multitud de personajes, sus constantes giros de guión, sus tramas entrelazadas, su interés por hacer avanzar la historia a toda costa, Horizon se deja llevar por el furor catódico -o del streaming- por no aburrir al espectador. Pero tampoco permite la reflexión ni el disfrute de las imágenes y se acaba sobrecargando de diálogos y de promesas sobre lo que nos van a contar en el futuro. ¿Verá el público en las salas todos los capítulos de esta saga? ¿O encontrarán un hábitat más natural en nuestros hogares? Veremos.
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