Seguramente estabais esperando que Bruce Wayne (David Mazouz) le dijese a Silver (Natalie Alyn Lind) que su animal favorito es el murciélago. ¿Por qué responde que es un búho? Pues porque la trama principal -de esta primera parte- de la segunda temporada de Gotham, que gira en torno a Theo Galavan (James Frain) -la fundación de Gotham, y la rivalidad ancestral con la familia Wayne- es la adaptación de una línea argumental de los cómics -de Batman- que se titula La corte de los búhos (2011) con guión de Scott Snyder y dibujos de Greg Capullo. Vale bastante la pena y está mucho mejor que lo que vemos en esta serie.
El último episodio antes del "descanso" de invierno está completamente centrado en rescatar a Bruce Wayne de las garras de Galavan y su peligrosa secta. De hecho, el chaval que será Batman sigue vivo únicamente porque debe formar parte de un extraño ritual en el que será sacrificado. Me gusta que todos los personajes de la serie, Alfred (Sean Pertwee), Fox (Chris Chalk), Selina (Camrem Bicondova), Bullock (Donal Logue), el Pingüino (Robin Lord Taylor) y hasta Edward Nygma (Cory Michael Smith) se unan para conseguirlo. Si al final del -prometedor- primer capítulo de Gotham, James Gordon era un policía novato que se enfrentaba a la corrupción de una ciudad y decidía no matar a Cobblepot por orden de Bullock, ahora, un montón de episodios después, Gordon, con la ayuda del propio Pingüino, decide ajusticiar a Galavan porque le considera demasiado peligroso. Y porque antes le perdonó la vida al asesino Eduardo Flamingo (Raúl Castillo) y este luego mató a una joven policía. A pesar de que Gordon tome ahora una decisión -moral- diferente, no puedo decir que hayamos presenciado un arco de personaje convincente. No he visto cambiar al policía honesto e idealista para que se haya convertido en un justiciero al que le importa más el fin que los medios. Gotham es una serie de personajes esquemáticos y planos que haría bien en tomarse menos en serio a sí misma. La aparición final de Mr. Freeze (Nathan Darrow) ayuda, eso sí, a que sigamos viéndola.
El último episodio antes del "descanso" de invierno está completamente centrado en rescatar a Bruce Wayne de las garras de Galavan y su peligrosa secta. De hecho, el chaval que será Batman sigue vivo únicamente porque debe formar parte de un extraño ritual en el que será sacrificado. Me gusta que todos los personajes de la serie, Alfred (Sean Pertwee), Fox (Chris Chalk), Selina (Camrem Bicondova), Bullock (Donal Logue), el Pingüino (Robin Lord Taylor) y hasta Edward Nygma (Cory Michael Smith) se unan para conseguirlo. Si al final del -prometedor- primer capítulo de Gotham, James Gordon era un policía novato que se enfrentaba a la corrupción de una ciudad y decidía no matar a Cobblepot por orden de Bullock, ahora, un montón de episodios después, Gordon, con la ayuda del propio Pingüino, decide ajusticiar a Galavan porque le considera demasiado peligroso. Y porque antes le perdonó la vida al asesino Eduardo Flamingo (Raúl Castillo) y este luego mató a una joven policía. A pesar de que Gordon tome ahora una decisión -moral- diferente, no puedo decir que hayamos presenciado un arco de personaje convincente. No he visto cambiar al policía honesto e idealista para que se haya convertido en un justiciero al que le importa más el fin que los medios. Gotham es una serie de personajes esquemáticos y planos que haría bien en tomarse menos en serio a sí misma. La aparición final de Mr. Freeze (Nathan Darrow) ayuda, eso sí, a que sigamos viéndola.
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